La graja, las aves con peor prensa y "las más leonesas"

Javier García y Pablo Salinas, dos jóvenes biólogos leoneses, son los autores de un completo estudio sobre la más leonesa de las aves, la graja, que durante años solo habitaba en esta provincia aunque en 2018 aparecieron las primeras colonias fuera de ella, unas pocas, ocho parejas, en la localidad catalana de Figueras

Fulgencio Fernández
31/01/2022
 Actualizado a 31/01/2022
Imagen de un ejemplar de graja, perteneciente al estudio realizado por García y Salinas. | JAVIER GARCÍA
Imagen de un ejemplar de graja, perteneciente al estudio realizado por García y Salinas. | JAVIER GARCÍA
«Así aparecieron dos jóvenes pajareros leoneses, Javier García y Pablo Salinas, al rescate de la graja, retomaron los caminos de otros históricos y documentan con cifras y datos, con mapas y tablas, todo lo que de las grajas hay que saber. Estos quijotes se rebelan contra el olvido de sus paisanas las grajas. Se rebelan contra el olvido de quienes les debe parecer poca cosa que sean leonesas y no las incluyen en esas listas de especies a las que hay que proteger». Estas frases pertenecen a la monografía sobre la graja que va a publicar el colectivo SEO/BirdLife bajo el título de ‘La graja en España. Población reproductora en 2021 y método de censo’, del que son autores los jóvenes biólogos leoneses Javier García Fernández y Pablo Salinas López, con colaboraciones de Albert Camposolinas Juanola y Manel Barrios Rubio.

Recuerdan los autores que «esta monografía presenta los resultados del último censo nacional de graja (Corvus frugilegus) realizado en 2021, con el objetivo de actualizar la información sobre el área de distribución y el tamaño de población de la especie en España, así como valorar los cambios en su distribución, población y estado de conservación». La principal novedad, en este aspecto, sería que por primera vez aparecen aves de esta especie fuera de la provincia de León, concretamente en Figueras, donde se han localizado 8 parejas reproductoras de las 1278 totales localizadas en el conteo para este estudio.

Pueden resultar ‘curiosas’ estas cifras si las relacionamos con la población europea o mundial, de la que hablan en la monografía: «La población mundial se ha estimado en más de cincuenta millones de ejemplares (BirdLife International, 2021a), mientras que la población europea se estima entre 10 y 18 millones de parejas. Los mayores efectivos se localizan en Rusia, Ucrania y el Reino Unido, con más de un millón de parejas en cada país (BirLife International, 2004). Entre los años 1970 y 1990 se detectó un incremento en varios países europeos y actualmente sus poblaciones se mantienen, en general, estables, aunque también se detectan pequeñas variaciones tanto positivas como negativas (BirdLife International, 2021a)».

Frente a ello recuerdan Salinas y García que «la población de graja en España no fue descrita hasta la década de los cincuenta del siglo XX, a pesar de formar llamativas colonias de cría en las zonas más pobladas de la provincia de León, concretamente, en el entorno de los núcleos urbanos de León y La Bañeza. No obstante, hay que tener en cuenta que a mediados del siglo pasado, la ornitología en España estaba aún dando sus primeros pasos y las grajas, o los córvidos en general, no debían llamar demasiado la atención en un país de grandes aves rapaces y atractivos humedales», y recuerdan que han pasado grupos de estudio por la provincia «pero no han debido llamarles la atención las grajas». Fue en 1953 cuando «aún se conservan las notas manuscritas por Valverde donde detalló las primeras observaciones de colonia de graja en España, en mayo de 1953, que pueden ser consultadas en el Repositorio Documental de la Universidad de Salamanca (http://gredos.usal.es/). Relató e ilustró numerosos detalles de la situación de las colonias de Villoria de Órbigo, Dehesa del Marqués de Hinojo y Valdesandinas del Páramo, así como el tamaño de las arboledas, el número de nidos ocupados y su posición en los árboles»; e ilustran un nuevo ‘paso’ en estas investigaciones: «Hasta casi dos décadas más tarde, en 1970, no se vuelve a tener información de la especie en España. A mediados de abril de ese año, José Manuel Rubio (colaborador de Valverde) recorrió la Ribera del Órbigo desde su nacimiento, en la confluencia de los ríos Luna y Omaña, hasta la localidad de Cebrones del Río (Rubio, 1971). Lo primero que comprobó es que todas las arboledas que mantenían las colonias descritas por Valverde habían sido taladas, total o parcialmente. No obstante, encontró nuevas colonias entre Hospital de Órbigo y Requejo, cerca de La Bañeza, en un tramo de ribera de apenas 15 km. Localizó seis emplazamientos que en total albergaban 249 nidos».

A partir de ahí ya se fueron sucediendo nuevas investigaciones; destacando el estudio de Vicente Ena en 1976, otros realizados en los años 80, «pero no es hasta 1993 cuando se comienza a realizar un seguimiento anual de todas las colonias de graja, así como del número de nidos en cada una de ellas. Esta información procedente de los seguimientos anuales del número de colonias y nidos fue incluida en una monografía que actualizó su situación hasta 2011, cuando se contabilizaron 1.399 nidos (García Fernández, 2012) y que mostró un fuerte declive desde los máximos históricos poblacionales de 2006, cuando se localizaron 23 colonias con 2.199 parejas. Fueron los mejores años 2001, 2002, 2003, 2005 y el citado 2006, todos ellos con más de dos mil parejas reproductoras».

La realidad de este 2021 que han estudiado es que «la población leonesa son 14 colonias de cría, donde se han localizado 1.720 nidos.Por comarcas, destacó el Páramo Leonés, que albergó 720 nidos repartidos en tres colonias diferentes (próximas a las localidades de Villadangos del Páramo, San Martín del Camino y Valdefuentes del Páramo). En la Ribera del Órbigo se contabilizaron 565 parejas en cinco colonias, emplazadas tanto en plantaciones de chopo como en otras arboledas de la localidad de La Bañeza. En la ciudad de León y sus alrededores se contabilizaron cuatro colonias, con un total de 309 nidos». Desde 2011 han desaparecido las colonias situadas en los parques urbanos, como el Parque de Quevedo y el Jardín de San Francisco, y únicamente se mantiene una colonia en una avenida de la ciudad, donde nidifican en plátanos de sombra. Por último, la vega del Esla albergó 136 parejas en dos colonias».

Ya se habló de las que desaparecieron. Entre ‘los enemigos’ de las grajas señalan García y Salinas «la desaparición de olmos y negrillos, en los que anidaban; pero, sobre todo, la mortalidad no natural por envenenamiento y caza, la presión urbanística sobre las colonias y la tala de choperas y alamedas». Y señalan que «La población leonesa ha estado siempre perseguida por los agricultores y cazadores locales. En una encuesta realizada en 2006 se constata que más de la mitad de las personas encuestadas consideraban a la graja como una especie dañina, especialmente para la agricultura. Además de los daños agrícolas, es habitual que existan quejas por el ruido que supone la presencia de las colonias cerca de las viviendas».

No son, pues, las grajas el ave con mejor prensa. «Está prohibida su muerte directa pero ha sido constante y se mantiene en la actualidad. Un caso reciente fue en 2017 en Cembranos, donde encontramos 22 pollos muertos junto a un buen número de cartuchos».

La conclusión es que «dada la situación actual de la graja, con un área de distribución inferior a 5.000 km2 y una población inferior a los 10.000 individuos concentrados en un número de localidades inferior a cinco, debe considerarse en la categoría de ‘En Peligro’ según el criterio B1 de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza ( UICN)».
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