La Fundación BBVA reúne a 200 investigadores y creadores para constituir la Red Leonardo

Detectar precozmente la metástasis en melanoma; crear un simulador cuántico para investigar nuevos materiales; usar big data para identificar las mejores prácticas docentes; investigar la relación entre el cambio climático y la extinción de especies; buscar planetas extrasolares; fabricar ventanas capaces de generar energía a partir de la luz solar; prevenir el fundamentalismo religioso… Y así, más de 300 son los proyectos altamente innovadores que han llevado a cabo, o desarrollan actualmente, los investigadores y creadores beneficiarios de las Becas Leonardo de la Fundación BBVA. Tras cinco convocatorias (2014-2018), el programa celebra este miércoles el I Encuentro de la Red Leonardo, que ha congregado en la sede madrileña de la Fundación BBVA a casi 200 becarios procedentes de toda España, así como a miembros de las comisiones evaluadoras de expertos que en cada convocatoria evalúan rigurosamente las candidaturas.

El presidente de la Fundación BBVA, Francisco González, ha recordado que, si bien las becas nacieron “en un contexto de profunda crisis económica” ya superado, el impulso al conocimiento es ahora más necesario que nunca debido a “la aparición a escala global de secuelas de la crisis en el plano institucional, social y cultural”. 

“El dominio público y la envolvente cultural de la sociedad”, ha explicado González, “están fuertemente influidos por matrices de pensamiento arcaicas que relativizan o incluso niegan el valor del conocimiento validado, asignan el mismo peso a la mejor evidencia y a modelos robustos que a opiniones, narrativas e ideologías sobrecargadas emocionalmente, sin otra base que el servir de muleta a intereses espurios e idiosincráticos”.

Por ello, el presidente de la Fundación BBVA considera que “tenemos el riesgo real de que la intoxicación interesada, las noticias fabricadas ‘ad hoc’, las llamadas ‘fake news’ y la ‘posverdad’, difundidas por determinados agentes apalancados en la potencia que ofrecen los algoritmos y las redes, acaben por modelar la conducta individual y colectiva de un amplio subconjunto de la sociedad”.
“Los liderazgos neopopulistas que emergen a ambos lados del Atlántico”, ha añadido Francisco González, “serían impensables sin los efectos secundarios de la profunda crisis que hemos atravesado, y el desarrollo y propagación de una envolvente cognitiva y emocional de espaldas al conocimiento”, que “consigue alterar gravemente el curso de importantes decisiones colectivas”.