Se trata de tres macizos de roca caliza con alturas que en algunos casos superan los 2500 metros y valles por debajo de los 400 metros sobre el nivel del mar, lo que hace que los desniveles sean enormes y haya caminos muy abruptos y difíciles de seguir. Dos de ellos comparten terrenos de Asturias y León: el Occidental o del Cornión, cuya cumbre más elevada es Peña Santa, el Central cuya mayor altitud es el Torrecerredo, mientras que el Macizo Oriental o del Andara es de Cantabria cuya máxima altitud es la Morra de Lechugales.
A las dificultades que entraña la abrupta orografía de la zona se debe añadir la posibilidad de que la niebla caiga en verano o se complique el tiempo por nieve o hielo en invierno, por lo que es necesario estar preparado para cualquier contingencia antes de emprender una ruta por estos parajes, pues aunque los caminos están marcados, una ligera pérdida nos puede llevar a un barranco o a lugares difíciles y peligrosos, por lo que conviene asegurarse muy bien con las rutas e ir bien preparado o consultar a los buenos conocedores de la zona, sin arriesgarse a ir a ciegas por estas montañas.
Se trata de una sencilla ruta de descenso, aunque a veces haya que llanear y ascender ligeramente. En el entorno existen grandes desniveles, inmensos murallones de caliza, profundos barrancos por donde arroyos desbocados caen en violentas cascadas, cuevas profundas donde se curaba el queso y bosques sombríos llenos de misterio, lugares con el encanto de las abruptas montañas, vegas floridas,verdes praderas, pueblos encaramados en las rocas... En fin, un mundo espectacular. Aunque se ha tratado de evitar en lo posible la carretera, en el último tramo es necesario utilizarla, ya que buscar otro camino sería demasiado complejo y peligroso, si bien la belleza del paisaje en este tramo compensa el tener que pisar el asfalto y evitar los vehículos que de vez en cuando aparecen.
Desarrollo de la ruta
Parte la ruta de Posada de Valdeón, tomando el camino que desciende en dirección oeste hacia el puente que cruza el Cares y se encuentra con el arroyo de Rijolles, que baja de Hoyobladas, continuando hacia la antigua fábrica de luz de Posada, llamada “El Pombero”.
Se trata de un camino carretero llamado El Bustio, que fue utilizado durante algún tiempo tras la riada del 81 como enlace entre Posada y Caín, al haberse destruido los puentes que cruzaban el Cares. Se van viendo las distintas localidades: Los Llanos y Cordiñanes, el miniembalse y después el Cares al fondo. Al llegar a la altura de Cordiñanes, el camino desciende hasta la carretera que se sigue hacia la izquierda, continuando por un camino que continua cuando la carretera hace un giro en descenso hacia la derecha. Aunque hay una cruz de camino equivocado, no se debe hacer caso y ascender hasta un mirador, sobre el del Tombo con una hermosa vista al macizo Central de los Picos de Europa. Se continúa por el camino que se interna en un pequeño bosque y más tarde asciende y desciende cruzando varios arroyos que se despeñan hacia el Cares y dejando más arriba la Cueva de los moros y la de la Capilla. Poco después es preciso internarse otra vez en el bosque en un sube y baja continuo. Cuando la senda se acerca a la roca baja un arroyo que sale de la propia roca. Es la fuente de la Farfada. Cruzando un puente de tablas se puede acercar cualquiera a la surgencia, aunque luego hay que volver a tomar el camino que sale del puente.En invierno es necesario tener cuidado por la posible existencia de aludes que hacen más complicada la ruta y la fuente, en lugar de salir de la roca, sale de los mismos neveros que cubren la roca.Un poco más adelante hay una campera donde se puede descansar para emprender el descenso y desde allí se va un poco a la izquierda por una zona despejada hasta introducirse en el bosque entre dos arroyos y allí, buscando trazas de sendero, y cuidando de no enriscarse demasiado se va bajando poco a poco hasta llegar a un argayo que desciende de Capozo y sin agua, siguiendo sin cruzarlo hasta encontrar una senda paralela al arroyo entre bosque y prados, que se cruza poco antes de que empiece a surgir agua en el cauce llegando a las invernales de la Peguera, construcciones que se utilizaban para cuidar el ganado en el invierno. Se continúa hasta el fondo, donde se vuelve hacia el arroyo a la izquierda, donde hay un puente de tablas que se cruza, para llegar a un camino que lleva directamente a la carretera. A partir de este punto es necesario seguir la carretera, teniendo en cuenta el adaptar la marcha a las normas de la circulación. El entorno es extraordinario, con el Cares rugiendo a la derecha y los altos murallones de roca caliza a ambos lados con árboles colgados en las crestas en lugares inverosímiles. Al finalizar el recorrido se ve a la derecha la zona de Moeño y poco después la carretera se interna en una hoz muy estrecha que finaliza en un torrente de nombre 'La Jarda' que se encuentra todo el año seco, menos en el mes de junio, que durante unos días baja el agua rugiendo de un modo impresionante.Tras la Jarda, se cruza un puente y se llega a la localidad de Caín, un pueblo escondido entre las montañas con buenos restaurantes para comer y descansar.Ficha de la ruta 