La fantasía del monte y la ribera devuelven las calles a otras eras

Los atávicos seres del desfile tradicional levantan gran expectación pese a las nubes

D.L.M.
05/03/2019
 Actualizado a 17/09/2019
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Huesos, pellejos, tripas, varas, humo, cencerros, cordeles, horcas, cuernos y mantas. No son los ingredientes de un secreto conjuro, o tal vez sí lo sean porque son los elementos habituales en los guirrios, los jurrus, los zafarrones, los castrones, los antruejos y todos los personajes de ese universo atávico de las mascaradas de invierno. Colores y sonidos para ahuyentar la oscuridad y el frío de los meses más duros del año en la montaña y la ribera de León, cuando hay más tiempo porque menos se puede hacer. Son tradiciones ancestrales retomadas con fuerzas renovadas en muchos pueblos del norte peninsular –también en Portugal– y reunidos en la Federación de Antruejos del Reino de León.

Primitivas costumbres que desatan ahora sus juegos por las calles de León, yendo y viniendo, ahumando, voleando, emburriando y, en general, tomando el pelo con buena fe a cuantos se cruzan en su camino. Les inspira la gaita y la pandereta, la flauta y el tamboril. Les temen los pequeños y los buscan los mayores porque a pasitos unos y a carreras otros han enraizado ya en el centro de León.

Los participantes


En el desfile han participado Salsas (Portugal), Zafarronada de Riello, Antruido de Riaño, Antruejos de Velilla de la Reina, Jurrus y Castrones de Alija del Infantado, Antruejos de Cimanes del Tejar, Antruejos de Carrizo de la Ribera, Alcoba de la Ribera, Quintanilla de Yuso, Las Burras de Tremor de Arriba, Pombriego, Carnaval Tradicional de Santa Olaja de Eslonza, Caretos de Villalfeide y Carnaval Tradicional de Pozos de Cabrera. Saldrá a las siete de la tarde de Sáenz de Miera, frente al Parque de Bomberos) para recorrer la Avenida Palencia, Glorieta Guzmán el Bueno, Ordoño II, Plaza de Santo Domingo y Calle Ancha para acabar en la Plaza de Regla, frente a la Catedral.
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