La Denominación de Origen Bierzo actualiza su reglamento, que permitirá un control y gestión más eficientes

El Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) ha publicado este jueves la Orden por la que la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural aprueba el nuevo Reglamento de la Denominación de Origen  Bierzo para adaptarlo a los cambios  de tipo legal, aspectos técnicos y en el plano de la seguridad y calidad alimentaria y de funcionamiento del sello de calidad de los vinos de la comarca. De esta manera se pretende un funcionamiento más moderno y eficiente. El cambio, que supone que la DO Bierzo sea la primera de Castilla y León en adaptarse ala normativa europea vigente,  acredita un Área de Certificación que convertirá al Consejo Regulador en entidad certificadora, ya que hasta ahora sólo podía calificar, pero no certificar producto. 

La modificación de la Ley de la Viña y del Vino de Castilla y León por la Ley Agraria de Castilla y León y del Reglamento de las Denominaciones Geográficas de Calidad Alimentaria de Castilla y León, que entró en vigor en enero de 2019, han permitido conformar la nueva normativa adaptada al marco legal de la Unión Europea, que especifica los criterios generales que debe seguir un organismo de certificación de productos "para que sea reconocido a nivel nacional, europeo e internacional, como competente, y se acredite la extrema rigurosidad de sus controles", explica la Consejería de Agriccultura de la Junta en un comunicado de prensa. 

La Denominación de Bierzo abre este proceso de acreditación con un nuevo Manual de Calidad y adaptando sus sistemas de control para alcanzar este reconocimiento.

El nuevo reglamento incluye novedades importantes que permitirán un funcionamiento más ágil de la Denominación de Origen Bierzo y de su Consejo Regulador, donde destaca la aprobación de las cuotas por la prestación de servicios públicos del Consejo Regulador, con lo que se configura un régimen de financiación adecuado que hace posible el ejercicio de sus funciones.

Se actualiza también el funcionamiento de los registros del Consejo Regulador, de parcelas de viñedo y de bodegas y se simplifica el sistema de declaraciones para el control. Esto permitirá disminuir la excesiva burocratización que sufren las bodegas, aprovechando el régimen de declaraciones obligatorias que ya presentan estas.