La conjunción de las Artes

Más que fiestas, lo que se da cita en Villafranca son los acontecimientos artítiscos y musicales. Y eso que las administraciones no han puesto en valor su atractivo en este sentido

Ramón Cela
14/08/2022
 Actualizado a 14/08/2022
Un pintor en una de las actividades que anualmente se organiza en la villa del Burbia. | Ramón Cela
Un pintor en una de las actividades que anualmente se organiza en la villa del Burbia. | Ramón Cela
De siempre, se ha dicho que Villafranca del Bierzo es una de las poblaciones donde el presupuesto municipal se inclina más a las Artes que a fiestas, en las que las aglomeraciones de gentes provocan, en muchos casos, situaciones no deseables para nadie a consta del alcohol y otras sustancias.

Ya en 1965, fue declarada Conjunto Histórico Artístico Nacional, en toda su extensión, algo que nos enorgullece y que, en algunos casos, lamentamos, debido esto último a que poco o muy poco se ha hecho por los organismos oficiales para poner en valor el enorme Patrimonio de que dispone esta población.

Muy lejos de amilanarnos, los villafranquinos nos crecemos y seguimos la trayectoria que nos marcaron nuestros antepasados, antes y después de ser Villafranca declarada capital de provincia, algo que en estos momentos celebramos con cierto resentimiento hacía aquellos que consideran que esto no era precisamente una buena idea, pero, como en todo, siempre hay diversidad de opiniones y pareceres, que viene a ser lo mismo, pero los políticos, como siempre, dan menos en el clavo que en la herradura.

Comenzó julio con el encuentro anual de hippies, donde hubo más de quince conciertos de diversas partes del mundo y que, como siempre, con nuestros ríos y comprensión ciudadana, fuimos capaces de pasar casi tres noches sin dormir. Pero fuimos felices, porque gentes venidas de muchas partes se lo pasaron muy bien y, como siempre, disfrutaron de nuestra villa en la que los más de cincuenta escudos heráldicos de las fachadas de casonas y palacios, convivían con aquella gente joven que admiraba nuestros monumentos y se prometían a un regreso anual. Porque, entre otras cosas, en uno de nuestros dos ríos, se puede nadar y beber el agua al mismo tiempo, por estar declarado de Interés Fluvial Nacional, como lo es el Burbia.

Justo en la siguiente semana, dieron comienzo la serie de conciertos en las que podemos admirar a orquestas sinfónicas, ópera y concertistas de fama internacional .La programación es muy amplia y en algunos años, si contamos todos los conciertos de música clásica, nos pasamos de la veintena, que es de resaltar, que en la mayoría de los casos, la asistencia de público es tan elevada, que se hace hasta difícil conseguir entradas.

Naturalmente, toda esta gran iniciativa, se debe a la familia Halffter, a la que tanto debe Villafranca y que son queridos por todos, no solo por esta situación, sino por su gran carisma y sencillez.
Pero, como las artes son muy diversas, en la Plaza del Campairo, durante estos días, se toma el aspecto del barrio de Montmatre de Paris, donde se dan cita pintores, escultores, fotógrafos y modelistas de arcilla, como iniciación a la escultura.

Así mismo, el Albergue de Peregrinos Ave Fénix, el primero en la época moderna, organiza durante el año, una serie de encuentros literarios, pictóricos y escultóricos, donde se dan cita artistas de Portugal, México, Italia y otros países, siendo estos eventos menos conocidos, pero no por ello menos interesantes.

Naturalmente, los peregrinos y muchas excursiones de índole cultural que nos visitan, se quedan perplejos ante esta sorpresa artística y cuando transitan, por las calles no salen de su asombro al ver que actualmente existen, en Villafranca, tres salas de exposiciones, el museo del escultor Nogueira y un museo de Ciencias, donde a principios del siglo pasado el Padre Paul Mariano Diez Tovar, fue el precursor del cinematógrafo, que luego se lo pasó a los Hermanos Lumière, que lo patentaron, pero debemos de aclarar que este sacerdote no podía hacerlo debido a sus votos religiosos, aunque sí siguió inventado y, entre otras maravillas, existe el reloj, que se activa con la voz y que siguió funcionando durante muchos años en aulas de enseñanza. De pasada, se puede observar la enorme colección de gigantes y cabezudos para las fiestas y que alcanza una cifra superior a la treintena, que para no ser repetitivos o por falta de gente para sacarlos, se dosifican en dos o tres fiestas.

Esto es, a grandes rasgos, una pequeña parte del acontecer en Villafranca, que, geográficamente, está bastante lejos de León y que, en los tiempos actuales, se debería de tener en cuenta y prestar la suficiente atención para que todo este Conjunto Patrimonial no sirva para asombro y menosprecio de los organismoscompetentes. De esta manera son muchos los que hacen enormes críticas a la Administración y son muchos los que se preguntan ¿ sabrán en León que el ciprés más grande del mundo esta en Villafranca? ¿ o que el castaño más grande está en la Somoza villafranquina? ¿Sabrán qué son Los Cascaron y La Leitosa, o la fábrica de armas de Munarriz? ¿No las conoce nadie?

Los villafranquinos, practicamos cada amanecer el verbo RESIGNAR.
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