La cecina, el mastín... ¿y la lagartija?

La lagartija leonesa es el nombre común de la ‘iberolacerta galani’ y lo lleva porque los únicos ejemplares que se conservan de esta especie "única en el mundo" están en las sierras leonesas de Cabrera y Teleno... También corre serio peligro de extinción

Fulgencio Fernández
29/09/2019
 Actualizado a 29/09/2019
lagartija-leonesa-29919.jpg
lagartija-leonesa-29919.jpg
Cuando en León dices mastín pronto te añaden «leonés», a la cecina o a la morcilla también se las recuerda con su apellido, el mismo que con orgullo se le pone, por ejemplo, a la Catedral: De León.

Pues hay un animal mucho más pequeño y anónimo, una simple lagartija, que también lleva el apellido «De León», porque de esta tierra es y no se encuentra en ningún otro lugar del mundo: es la Iberolacerta galani, nombre científico que incluye la referencia a Pedro Galán, que fue quien en 1955 mostró sus características especiales para «sacarla»del grupo genérico de la Iberolacerta monticola. Es decir, que no es una de esas lagartijas que encontramos en cualquier pared tomando el sol.

Y esta lagartija leonesa porque en la ficha de la especie, al hablar de su hábitat nos encontramos con que los últimos ejemplares de la misma, que no se sabe cuántos son, están en las sierras leonesas de Cabrera y Teleno, así como en Sierra Segundera y Peña Trevinca (un pequeño rincón que comparten las provincias de León, Orense y Zamora).

Siempre tendemos a creer que lagartijas hay muchas pues las encontramos en cualquier pared, pero no de la lagartija leonesa, que también corre peligro, por eso el Ministerio la incluyó en su «Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial», en el apartado de vulnerables, que es el estado previo a en peligro a peligro de extinción.

Es un ejemplar singular, mucho más pequeña que la lagartija común, de llamativos colores azul y verde.

Y sus enemigos, el CSIC y expertos como Óscar Arribas, de la Universidad de Barcelona, señalan «al turismo y sus infraestructuras, como la ampliación de la estación de esquí del Morredero o la reactivación de la de Fonte da Cova e, incluso, los finales de etapa de vueltas ciclistas con el consiguiente pisoteo».

Por su protección clama la revista digital ‘la fueya cabreiresa’.
Archivado en
Lo más leído