La batallona

21/06/2023
 Actualizado a 21/06/2023
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«Que todas las noches sean noches de boda, que todas las lunas sean lunas de miel»... o que todas las batallas sean la batallona de Somiedo, que se dirime en una carrera entre leoneses y asturianos y se remata en un primos hermanos.

Y, además, van empatados.

Viendo el nombre, la batallona, ya se sabe que viene de Asturias. Ellos todo lo cuentan en diminutivo pero bautizan a lo grande y les presta por la vida rivalizar con los cazurros; nada nuevo, todo pueblo que se precie tiene el enemigo en el otro lado de la frontera... Ahora, eso sí, no los necesites, que están aquí los primeros, como bien comprobaron aquellos leoneses que rezaban para que no ardiera la Catedral mientras por el Puerto Pajares avanzaban los camiones de bomberos «como el tío los mixtos». Habrá que perdonarles después que nada más que ya no había peligro era inevitable escuchar aquello de «estos cazurrines, si nun llegamos a venir, prenden la Catedral, que ye lo único que tienen mejor que Asturias».

Y a mitad del partido entre el Caudal y la Cultural (eso son nombres y no los del Madrid y el Barcelona) a un grupo de mierenses no se les ocurre cantar el himno de su equipo, no, cantan a coro «el puertu Pinos ye de Mieres», ante la mirada extrañada de los jugadores de la Cultural, que no tenía ni un leonés en sus filas. Como ahora, más o menos.

Por eso, para que la rivalidad hecha folclore nunca llegue a la concordia, cuando vienen para tierras leonesas a secar, por prescripción médica incluso, no dan el brazo a torcer y mientras cargan en el maletero la cacha y la gorra le cuentan al leonés que siempre tienen cerca: «Vamos pa la tú tierra, vamos pa Castilla».
Serán perros. Qué le vas a hacer. Es la batallona.
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