'La abuelina del rayo' cumple cien años

Maximina Ordás se ha convertido en la entrañable "abuelina del rayo" de la Urz pues no en vano sobrevivió a un rayo que la atravesó y acaba de celebrar su 100 cumpleaños

Fulgencio Fernández
04/12/2022
 Actualizado a 04/12/2022
Maximina Ordás cumple con un 'rito' obligado en cada celebración, mostrar la huella que en su cuerpo dejó el rayo quien fundió su cadena. | SORIA
Maximina Ordás cumple con un 'rito' obligado en cada celebración, mostrar la huella que en su cuerpo dejó el rayo quien fundió su cadena. | SORIA
Cuando hablas de Maximina la de La Urz pronto aparece en la conversación la expresión de "la abuelina del rayo". Y es que esta buena mujer protagonizó una historia que pocas veces tiene un final feliz pero en su caso sí fue posible: sobrevivir a un rayo. Aunque le dejó una marca que le impide olvidar el duro trance: "Llevaba una cadena y una medalla y el rayo entró por ellas, las fundió y me quedó en el cuepo tatuada para siempre su huella, que no se borra, no".

Y te la enseña sin mayor problema. Ya estyá acostumbrada pues casi es un rito en las celebraciones familiares que en algún momento Maximina enseñe 'el singular tatuaje' que le dejó el rayo en el cuerpo, siguiendo el recorrido de cadena y medalla.

Lo ha tenido que volver a hacer, el pasado domingo, nuevamente enseñó su tatuaje en una celebración muy especial, rodeada de su larga familia, que se reunieron en torno a ella para celebrar que llegaba al siglo de vida, cien años de vida en La Urz, el pueblo omañés en el que nació y del que pretende no irase "mientras podamos". El plural se refiere a que vive con su cuñada Anita, que también supera los 90 pero ellas se arreglan, pese a que Maximina tiene algunos problemas de vista que le impiden hacer algo que le gustaba mucho, leer.

- ¿Cuántos años con el tatuaje del rayo?
- Desde 1968. Era en mayo y estaba con la vecera en el monte. Y ya no me acuerdo de más... que bastante suerte fue que no me mató.

Ya lo ha contado tantas veces que no se le olvida. Pero el domingo era el centro de la conversación por la lucidez de sus cien años, su humor y su capacidad para congregar a su alrededor a una familia que también cele braba un premio a la mielde La Urz de su sobrino,y orgullosos todos de "la abuela Maximina, la abuelina del rayo"... y el siglo.
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