Javier Baíllo: "No renunciamos a nuestra vocación de colectivo"

Goodman Collective, la banda que lidera el músico leonés, presenta el viernes en Espacio Vías el disco ‘Le Funka La Swinga’

Emilio L. Castellanos
26/09/2018
 Actualizado a 16/09/2019
Javier Baíllo, caracterizado del señor Galletas, es el alma mater del proyecto colectivo Goodman que ahora saca a la luz su segundo disco. | ABOCADOS
Javier Baíllo, caracterizado del señor Galletas, es el alma mater del proyecto colectivo Goodman que ahora saca a la luz su segundo disco. | ABOCADOS
Le Funka La Swinga’. El título del segundo disco del Goodman Collective, ese proyecto de creación musical que arrancó hace cuatro años bajo el liderazgo del leonés Javier Baíllo, juguetea con las palabras para dejar sugeridos los dos ejes sobre los que se desliza la grabación: el funky como punto de arranque de un estilo que se deja mecer por otras texturas sonoras y el swing como manto emocional y motivador de toda la propuesta. «Lo del título es un juego de palabras tras el que se esconde una reivindicación del funky y el swing, dos elementos que interactúan de manera permanente a lo largo del disco», asegura Baíllo, devoto de la música negra y partícipe del devenir de la música leonesa durante décadas, quien también reconoce que, al poco de consumarse ‘#Wondering’, el disco en directo que en 2015 sirvió como tarjeta de presentación y puesta de largo a la banda leonesa, «ya estábamos pensando en hacer el siguiente», si bien tal deseo no pudo finalmente materializarse hasta ahora a causa de «unas condiciones de producción que han resultado cambiantes, lo que nos ha obligado a tardar un poco más de lo esperado».

Desde febrero del año pasado hasta el pasado mes de junio, en sesiones realizadas en León (con el añadido de sendas grabaciones realizadas en Cádiz y Granada), ‘Le Funka La Swinga’ ha ido cobrando definitiva forma gracias a la implicación de una veintena de músicos, la mayoría ya presentes en ‘#Wondering’, identificados con las premisas estilísticas del proyecto y absolutamente comprometidos con el mismo. El propio Baíllo y el multiinstrumentista Pepe López han asumido la producción del nuevo registro discográfico de Goodman, articulado por diez temas de composición propia, además de la coordinación, la supervisión y dirección de un puñado de intérpretes que destaca por su calidad, algunos de ellos de indiscutible talla internacional en sus respectivos campos como el armónica madrileño Antonio Serrano (al que el jazz ha convertido en uno de sus grandes referentes universales), los safoxonistas leoneses Rubén Morán, incontestable del house europeo, y Luis Gutiérrez ‘Lu Gotti’ o el pianista gaditano Juan Galiardo, nombre rutilante del nuevo jazz nacional. También, el disco reclama protagonismo para la voz al disfrutar los temas de varios cantantes (Andrea López, Diana Majo, Sonia Rubín, Javier Arias y José Angel Fernández, con los coros de Juan Rubio y Laura del Almo) y un rapero (Dago Rodríguez) para su recreación.

La colaboración sostenida entre Javi Baíllo y Pepe López resulta fundamental en la caracterización de un disco que atrapa la impronta creativa de los dos músicos, lo que favorece su identidad y su condición. «Por mi carácter procuro que las cosas siempre encajen y con Pepe ha sido fácil. En una coproducción, las dos partes tienen algo que decir y en nuestro caso así ha sido». Por supuesto, la elaboración de un disco de estas características ha supuesto una exigencia extra para el músico leonés al extender sus funciones a otras no precisamente vinculadas al hecho creativo. «Es algo que agota mucho, pero también lo disfruto mucho. Conciliar las agendas de la gente y organizar la logística de la grabación por ejemplo, son tareas muy complejas pero al mismo tiempo muy satisfactorias, al menos para mí».

Goodman cuenta con una base sólida y permanente de colaboradores. Javier Baíllo confía plenamente en ellos y demanda continuamente su concurso, lo que da soporte a la personalidad de la banda y ofrece consistencia a su sonido. «Creo que el sonido que caracteriza a este grupo se basa precisamente en la forma que tenemos en León de entender esta música. Llevamos mucho tiempo tocando juntos e interactuando de una manera especial. Hace mucho tiempo me dijeron que sería fantástico poder elegir a los músicos con los que tocar y yo, de momento, lo he estado haciendo. Elijo a mis amigos, que además son muy buenos músicos. En León hay muchos músicos que tienen algo que ofrecer y en el disco hay una pequeña muestra de ellos». «Es un disco mucho más pensado para el público que el primero», confirma Javier Baíllo a propósito de ‘Le Funka La Swinga”, disco que conocerá su presentación en directo este viernes en Espacio Vías y para mayores de 18 años (21:00 horas, con entradas a 10 euros en taquilla y 8 anticipada en Belmondo y Music Center), en el transcurso de una actuación que disfrutará de la presencia sobre el escenario de diecisés músicos: Pepe López (batería), Javi Baíllo (bajo), Miguel Angel Fuertes (guitarra), Juan Galiardo (teclados), Mario Morla (teclados), Rubén Díaz (saxo alto), Juanjo Castellanos (saxo tenor), Mark Gibson (trompeta y fliscorno), Sonia Rubin (voz), Diana Majo (voz), Andrea López (voz), Dago Rodríguez (rap), Marta Fierro (flauta), Mikel Ferrer (armónica), Javi Gutiérrez (guitarra) y José Angel Fernández (voz). No cabe duda de que tal nónima de intérpretes sublima la condición espectacular del concierto e inunda de matices y detalles del mismo («queremos que la gente disfrute de nuestros conciertos, que no acabe sentada sino bailando»), reforzando así el sonido del grupo al que a veces resulta complicado ubicarle una etiqueta concreta. «La banda suena a funk, eso está claro, también a jazz pero puedes ponerle otros adjetivos». Así, acid jazz, soul, blues, pop, rock, groove e incluso rap son algunos de los condimentos que certifican la naturaleza y las señas de identidad de Goodman. «No renunciamos nunca a nuestra vocación de colectivo. Yo marco las directrices en las composiciones pero hay un porcentaje muy grande del espíritu del músico que la interpreta. Me encanta que el músico vaya más allá de la simple interpretación de una partitura».

Javier Baíllo es la referencia de Goodman. El ha sido su artífice. Su líder. Sin embargo, no quiere que se le contemple como una autoridad a la que hay que rendirle vasallaje. «No tengo ese espíritu. Yo marco unas pautas pero a partir de ahí me encanta que todo el mundo haga sus contribuciones. Me mola mucho el gusto que tienen las personas con las que trabajo».

‘La Funka La Swinga’, una vez vea la luz, se envuelve en la montaña rusa que acaba siendo la música. «Somos conscientes de que es difícil vender un proyecto así. Estamos buscando la oportunidad de que la gente llegue a apreciarlo».
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