11/09/2020
 Actualizado a 11/09/2020
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Entre grandes noticias de importante calado económico y social, como las supuestas fusiones entre Bankia y CaixaBank o BBVA, Sabadell y Unicaja, triquiñuelas del Gobierno para presionar a la oposición a apoyar los presupuestos y avances y retrocesos de vacunas contra la covid 19, pasan de puntillas noticias que, aunque no tengan un gran peso de fondo, en lo que se refiere a las formas y a la calidad moral de sus protagonistas, merecen que la lupa de la opinión pública se centre sobre ellas.

Esta semana nuestro presidente del Gobierno, fue lamentable protagonista de una de estas noticias que, sinceramente, en los tiempos que corren de posverdad y tecnología basada en la inteligencia artificial, en un primer momento dudé de la veracidad de la misma.

Me refiero a las palabras de lamento y pesar que expresó, con un par, Pedro Sánchez en la tribuna del Senado al referirse al suicidio del terrorista Igor González en la prisión de Martutene, en la que cumplía una condena de 20 años de la que le restaban 5 para quedar libre de esta justicia tan rigurosa con algunos y tan laxa con otros.

El presidente del Gobierno se cuidó muy mucho de no aludir al origen terrorista del suicida y de ETA, diciendo que Igor González era «miembro de la banda ETA» como podría haber dicho que Brian May era guitarrista de la banda Queen. Está claro que, por encima de los principios y la dignidad, está conservar La Moncloa.

El gesto no es cosa menor y venía exigido por sus socios de investidura, EH Bildu, admitiendo con esas palabras, los profundos lazos de unión que existen entre esta formación política y la banda terrorista. Porque digo yo que, si a mí me dan el pésame por la muerte de alguien, será porque o es familia o alguien muy cercano a mí.

Ayer día 10 de septiembre fue precisamente el Día Mundial para la Prevención del Suicidio y vaya por Dios que de los 10 suicidios al día que por desgracia hay de media en España, el presidente del Gobierno solo haya tenido palabras de recuerdo y lamento para un terrorista que formó parte del Comando Donosti, uno de los más asesinos de la banda terrorista y al que se les atribuye el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco entre otros muchos.

Si miramos las hemerotecas, la banda terrorista ETA mató durante los septiembres desde 1978 a 50 personas inocentes. 50 militares, guardias civiles, policías, taxistas, empresarios, camareros… cuyas muertes, Pedro Sánchez podría haber lamentado antes que la de este terrorista.

Hay una diferencia fundamental entre la muerte lamentada por el presidente del Gobierno y la muerte de las víctimas de la banda terrorista ETA, y es que Igor eligió libremente ese final y sus víctimas no.

En este caso hay que aplicar el mismo razonamiento que con los que se suicidan tras matar a sus parejas o hijos. Ya se podrían haber suicidado antes de matar.
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