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Impresiones de un encierro

08/09/2020
 Actualizado a 08/09/2020
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La incuria y la falta de previsión dejan al descubierto siempre, siempre, la ineptitud y la ignorancia.

Cuando no hay problemas, aquellos que manejan los mecanismos del poder se dejan adornar por el barniz de la vanagloria y si hay que demostrar ante lo inesperado los resortes de los conocimientos propios y se descubre si lo que posees vale la pena o bien hay que transformarlo.

El tamaño de un virus ha determinado para dejar patente que la sociedad actual no es lo que esperamos de ella y que el dios del progreso se ha quedado pequeño cuando ante el poder de un bichito que está causando miedo, pánico, alterando la vida económica y amenazando con derribar el edificio económico del progreso casi dogmático.

Quizás también el ser humano ha vomitado su hiel con fuerza descomunal y se ha llevado un zasca de proporciones inmensas.

El virus le ha enseñado al ‘virus superman’ que ha olvidado los protocolos de los valores humanos.

Este supervirus ha demostrado que los gobiernos no han estado a la altura de la resolución que se les pedía y no han sabido respetar la libertad de sus gobernados.

El bichito se ha encargado de mostrar los paños menores por la forma en que los famosos portavoces han manejado esta crisis con ausencia de sapiencia y eficacia.

La naturaleza se ha beneficiado porque la agresión brutal que sufría porque se ha detenido la ambición y el egoísmo del consumo individualizado, al menos momentáneamente.

Este ataque constante al medio en el que vivimos ha sufrido un momentáneo receso por medio de una compensación que ha liberado virus y bacterias que se han encargado de restablecer el equilibrio demográfico de un planeta agredido por el disfrute sin medida.

El momento que vivimos podía resulta positivo si nos para acerca a soluciones inteligentes, reflexionar sobre actuaciones abusivas y rectificar sobre bases racionales , potenciando la investigación que desarrolle una sociedad más solidaria, racional y menos convulsa, respetuosa con la ‘pacha mama’.

Mas, mucho nos tememos que no sea así porque los seres humanos siguen inmersos en una ignorancia atroz sobre todo aquello que regula todas las vivencias humanas que no es objeto de una actuación positiva para que se reconduzca la deriva de caos al que nos va a llevar la revolución vírica y el inexorable cambio climático.

El ser humano se ha creído todopoderoso y que se puede permitir controlar todo y no se da cuenta de que sus acciones ambiciosas le llevan a que las poderosas fuerzas del clima lo van a hundir en la miseria por desafiar las leyes de la naturaleza que son inapelables.

En realidad no corren buenos tiempos para iniciativas regeneracionistas, equilibradas y racionales porque prevalece el oportunismo por encima de la responsabilidad, la incultura sobre la creatividad, el adocenamiento en lugar de las ideas brillantes y el subsidio sobre la productividad razonable.

Demasiado empoderamiento de las minorías y escaso rendimiento de los valores que determinan que un país avance de forma continua, libre y eficaz hacia el auténtico progreso y eso aumenta el sector de la demagogia y el pesebre.
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