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Impacto autonómico leonés

16/01/2020
 Actualizado a 16/01/2020
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El debate desatado en las últimas semanas por el alcalde de León, la Unión del Pueblo Leonés y la opinión pública a favor de la autonomía de León ha resultado efectivo para trasladar el problema fuera de la Región Leonesa. Además deja en evidencia los liderazgos y pequeñeces de actores políticos y sociales.

Uno de los efectos más interesantes es la traslación del problema leonés al resto de España, donde la sordina de la Junta había conseguido invisibilizar a León. La extensión nacional del debate provoca además la toma de posición de más personas y grupos, ajenos hasta hoy a esta cuestión, en lugares alejados.

Otro de los efectos es el crecimiento de la reivindicación en Zamora y Salamanca. Se registra la participación de amplias capas sociales, que hasta ahora se inhibían en la cuestión. El desastre socioeconómico en estas provincias –especialmente en Zamora– empieza a encontrar un cauce por el que expresarse.

Por su parte es reveladora la falta de argumentos fundamentados de la Junta y su periferia para mantener una autonomía fallida. Sus máximos representantes han quedado desconcertados, y desmadejados siguen. No hay razones para justificar su fracaso como gestores, los graves daños a la economía y a la sociedad, que son estructurales, ni una pretendida dificultad constitucional que no existe. Hay quien se dedica ahora a las ‘ciencias ocultas’ enarbolando un espíritu de la Constitución que ni existe en el texto ni se sustancia en razones de estado para impedir la autonomía de León.

Pero lo más sobrecogedor es la diferencia entre los políticos fieles a sus principios y los que son solo fieles a sus intereses personales para medrar en el partido. Pensar que es mejor la autonomía tal y como está fue legítimo como opinión. Lo que no es legítimo hoy es decir que la Región Leonesa está bien después del torrente de datos vertidos estas semanas; guarismos que muestran que es la más desfavorecida de España y que algo urgente habrá que hacer porque en nada se parece su situación a la del resto de regiones.

Resulta más ofensivo aún cuando estas personas son de León. Me llama especialmente la atención de una pareja de bercianos con un papel deplorable hasta ahora, porque ni Camponaraya va bien, ni Ponferrada, ni el Bierzo –que está a punto de perder los 120.000 habitantes–, ni el Consejo Comarcal, ni la Provincia de León. Sin embargo, ante la evidencia de las cifras no han hecho una sola propuesta más allá de las consignas (el ‘trabajo’ socialista, que recuerda mucho al ‘dejarse la piel’ del PP). En fin, nunca es tarde para reconocer los errores y quizás les entre un ataque de dignidad.
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