17/02/2019
 Actualizado a 15/09/2019
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El desaparecido Colegio de los PP. Agustinos, de la calle de San Agustín, en León, disponía de una sala cinematográfica, con proyecciones de películas generalmente de aventuras para todos los públicos. Alumno del centro y asiduo espectador de la sala en edad infantil, recuerdo aún el gran impacto que me causó el film bélico norteamericano ‘Objetivo Birmania’ (1945). Volvería yo a verlo muchos años después por TV, aquella noche épica en que Franco agonizaba y la tele lo proyectaba como más idóneo pasatiempo a lo que ya era prolongado e inminente final del dictador.

He sabido recientemente que Albah Bessie (1904–1985) fue uno de los tres guionistas de ‘Objetivo Birmania’. Abandonándolo todo, incluidos mujer y dos hijos de corta edad, vino a España en 1938 a los 33 años alistado como brigadista en el bando republicano. Lo hacía por dos razones: acabar de encontrarse a sí mismo y luchar contra el eterno enemigo, la opresión. Como el resto de los brigadistas internacionales, acudió a la última guerra idealista de la Historia contra un fascismo cuya linea de frente, no solo estaba en España, sino en un territorio mucho más amplio amenazado por el totalitarismo fascista de Hitler y Mussolini.

De su vida de apenas veinte meses transcurrida en España, escribió Alvah el libro ‘Hombres en guerra’, que acabo de leer. Tras ser rechazada su publicación varias veces en Estados Unidos, unas palabras de Ernest Hemingway (a quien Alvah había conocido en España) convencieron a la editorial Scribner’s para publicar el libro en 1939. Su traducción al español ha salido de la imprenta recientemente en libro publicado por Ediciones B. La narración de Alvah, centrada en la batalla del Ebro, es una combinación de emociones y verdades donde se suceden el frío, el calor, la comida, la sed, el tabaco, la suciedad, los piojos y la sarna, las atrocidades, el compañerismo, la comunicación con la familia y el contacto con la población.

Durante los años siguientes a su regreso a Estados Unidos, Alvah continuó siendo un activista, a menudo centrado en la guerra de España, siempre muy orgulloso de haber participado en ella y mostrando un gran cariño al pueblo español. Profesionalmente pasó a ser un guionista de la Warner Brothers, engrosando la lista de los ‘Diez de Hollywood’ y, en virtud de ello, llamado a declarar ante el Comité de Actividades Antiamericanas (la famosa ‘caza de brujas’ o primer lista negra de los hombres de cine) emprendida por el senador MacCarty por supuesta conspiración comunista en el seno de la industria cinematográfica de Hollywood; y en cuya fatídica nominación también estaba Dalton Trumbo, novelista, director y guionista de películas como ‘Johnny cogió su fusil’, ‘Vacaciones en Roma’, ‘El último atardecer’ o ‘Espartaco’, entre otras.

Permaneciendo fiel a sus convicciones políticas, Alvah declaró ante los inquisidores del Comité su amor a España con la Brigada Lincoln, como el mejor ejemplo del modo con que siempre había luchado contra el fascismo que ambicionaba dominar Europa. Más adelante, Alvah Bessie fue una persona incómoda debido a sus opiniones críticas sobre las presidencias de Richard Nixon y Ronald Reagan y la participación de los Estados Unidos en la guerra de Vietnam. Como afirma su hijo Dan en el prólogo de la edición española, en el caso de que su padre hubiese vivido más tiempo, no dudaría en que hoy estaría junto a todos aquellos que luchan por una mayor igualdad, justicia y un mundo mejor que camina hacia lo peor.
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