Hijos digitales, padres analógicos

Por Sofía Morán de Paz

Sofía Morán
10/02/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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El pasado martes se celebró el Día Internacional de Internet Segura 2019, algo que se viene haciendo (siempre en el mes de febrero) desde el año 2004, con el fin de promover un uso más seguro y responsable de la tecnología, especialmente entre niños, niñas y jóvenes de todo el mundo.

Y es que los datos no dejan lugar a dudas. Según Unicef, 1 de cada 3 usuarios de internet es menor de edad. A los 7 años empiezan a navegar por la red, y entre los 9 y los 10 acceden a su primer smartphone. A partir de ese momento, la espiral es infinita.

En la ‘Encuesta sobre hábitos de uso y seguridad de Internet, de menores y jóvenes de España’ del Ministerio del Interior, se destaca que con 15 años el 83% se conecta todos los días durante dos horas o más, y que el 90% tiene ya un perfil privado en una o más redes sociales.

Queridos padres, queridas madres, no huyan porque no hay escapatoria posible. El escenario es este, vivimos en la era de la comunicación instantánea, las redes sociales y la conexión absoluta. Y nuestros hijos también. Ellos más, porque ya han nacido con el ‘clic’ y el ‘desliza la pantalla’ integrado en su rutina.

Muchas madres (y algunos padres) se sienten inseguras a la hora de dar luz verde a la inevitable ‘iniciación’ de los hijos en el mundo de las nuevas tecnologías. Nos cuesta mucho encontrar una posición intermedia (esa donde siempre suele estar la virtud), una posición que nos permita valorar los riesgos a los que se exponen, pero teniendo claro también el mundo de oportunidades que se abre frente a ellos.

No importa que tengamos una visión más bien ‘relajada’ del asunto, o que nos identifiquemos más con el clásico padre tecnófobo que lleva años luchando contra los elementos para no caer en las redes de la tecnología; porque lo de nuestros hijos es imparable.

Háganse a la idea, y tengan claro que el reto no es alejarles de internet y las redes sociales, el verdadero reto es educarles para que hagan un buen uso de esa tecnología que tienen al alcance de la mano.

Quítense el miedo y los complejos, no importa que hayan nacido en los 70, o los 80, en la era pop del portero automático o ‘telefonillo’ como sumun de la modernez, y que el antiguo Messenger de su juventud haya sido lo más cerca que estuvieron de una red social. Los tiempos son los que son, y toca ponerse las pilas.

Debemos formarnos, aproximarnos a la tecnología que usan nuestros hijos, conocer y manejar las redes sociales, porque nuestra obligación como padres es acompañarles, aconsejarles e informarles, de la misma forma que hacemos con todo lo demás.

Siéntese con su hijo, explíquele cosas tan básicas como el peligro que puede suponer facilitar datos personales a desconocidos, o cómo usar contraseñas seguras y ajustar la privacidad en las redes. Ayúdele a reflexionar sobre su propia intimidad y la de los demás, háblele del ‘sexting’ y de las cabronadas que te pueden hacer si mandas una foto tuya de contenido sexual, de los adultos que se hacen pasar por adolescentes tras perfiles falsos, del ciberbullying, y de todas las cosas que ustedes ya saben que pasan en redes. Está plenamente demostrado que cuanto más conocen estos riesgos, mejor se enfrentan a ellos cuando aparecen.

Conscientes del momento que vivimos, también los centros educativos deberían empezar a poner en marcha iniciativas con las que aprender a gestionar el uso de redes sociales e internet de una forma adecuada y más segura, facilitar espacios donde los propios alumnos compartan consejos y experiencias, y donde fomentar su espíritu crítico ante la invasión de las ‘fake news’ (noticias falsas), ayudándoles a reflexionar sobre la veracidad de lo que leen vía digital según sus fuentes. Esto, todo esto, también es educar.

Sofía Morán de Paz (@SofiaMP80) es licenciada en Psicología y madre en apuros
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