Héctor Escobar: "Me daba pudor firmar autógrafos"

Ha sido futbolista, músico, librero, editor y, sobre todo, un apasionado de la cultura, la que le lleva a reconocer que es un "hiperactivo" de la publicación pero también a disgustarse si pierde una ‘s’ en alguna obra...

Sergio Jorge y Laura Pastoriza
24/10/2015
 Actualizado a 19/09/2019
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¿Cuánto había que pegarse en los 80 y en los 90 para hacer música?
– No había que pegarse, todo lo contrario, había que divertirse, aunar esfuerzos entre los grupos de León. Aquí había cincuenta mil grupos de cincuenta mil estilos. Nos llevábamos todos francamente bien.

¿Cómo explica a alguien que no sepa quiénes son Los Flechazos la importancia que tuvieron en la música de aquella época?
– No me consideraba músico, tocaba para pasármelo bien. Después de diez años, adquieres unos conocimientos y unas técnicas, si no, no grabas ocho discos. Luego vas a otros sitios, todo el mundo conoce a Los Flechazos y resulta que éramos más importantes de lo que nosotros pensábamos.

¿Fueron los padres del indie actual?
– No, pudo influir, pero creo que no. Éramos fans de otros grupos, de los 60 o 70.

¿Cómo eran las grupis de esa época?
– Eran fantásticas, eran mis amigas.

¿Alguna vez utilizó la excusa de que era de Los Flechazos para acercarse a alguna chica?
– No, pero cuando estás en un grupo, sales en la televisión…me daba pudor firmar autógrafos. Era evidente que se acercaban las chicas por el hecho de ser famoso.

Después llega a la librería.
– A quién no le ha apetecido nunca tener una librería, es uno de los oficios más bonitos, independientemente de la situación de crisis económica, de crisis en el sector por las nuevas por la piratería. Estamos en un país con tantos medios, con tanta tecnología, y la población es cada vez más inculta, no hay interés cultural. En nuestra época no era así.

De ahí tu hiperactividad para editar libros.
– No creo que sea tanto por hiperactividad. El hecho de editar libros no lo veo en el sentido de reportar beneficios, sino de poner en valor a personas que consideras muy válidas.

Le hemos oído decir alguna vez que se le caen las ’eses’ por la calle. ¿Es la pesadilla del editor, que haya erratas en algún libro?
– Intentas poner mucho cuidado en las cosas pero se te cuelan. Ese día te llevas un disgusto enorme.

Alguien que ha sido músico, futbolista, editor… ¿no escribe?
– Sí, me gusta mucho escribir, pero soy bastante pudoroso. Dos géneros me entusiasman, la poesía y el relato breve. Pero siempre he permanecido en segundo plano por pudor.

Problemas de editor no tendría.
– Ya, pero autoeditarte es muy frívolo.
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