31/01/2020
 Actualizado a 31/01/2020
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Entre independentismos, neocomunismos, populismos y socialdemocracias desorientadas de uno y otro lado del Congreso, la política española cada vez está más enmarranada. Sería cómico si no fuese porque, más allá de los ‘dimes y diretes’ de los políticos de turno, al final esto va a terminar perjudicando a la economía, a nuestros trabajos, a nuestro bienestar y a la felicidad de nuestras familias.

A pesar de que la inmensa mayoría de españoles estamos convencidos de que la estabilidad de todo un país no puede estar en manos de gente condenada a pasar una buena temporada en prisión por graves delitos como el de sedición, ni en manos de gente con intereses sospechosos en dictaduras bolivarianas, seguimos jugando a la ‘política de salón’, calculando la estrategia para perder los menos apoyos posibles, mientras desgastamos a nuestros adversarios con el objetivo de estar en el poder.

No nos damos cuenta de que todo responde a estrategias, como la acuñada por Steve Bannon y seguida por Trump de ‘Flood the Zone with Shit’ o como literalmente sería en español ‘Inunda la Zona de Mierda’. Esa estrategia es la que los asesores del Gobierno quieren importar con tanto escándalo diario, de manera que la gestión ordinaria quede ensombrecida, la gente se radicalice y quedemos aletargados entre tanta pestilencia.

Curiosamente por esas cosas que tiene el destino, el tal Steve Bannon terminó asesorando en campaña a Vox y es, precisamente de Steve Bannon, de uno en los que más se inspira Iván Redondo, el gurú de Sánchez. Hay que reconocer que tanto Bannon como Redondo tienen bien cogido el tranquillo a la sociedad actual de consumo de titulares en redes sociales.

Entiendo que el ciudadano de ‘la calle’, que pasa de sol a sol trabajando para llevar algo de dinero a casa, sea víctima de estas nuevas formas de comunicación, lo que me parece más alarmante es que también cale en nuestros dirigentes. Creo que todos somos conscientes de que la única vía para mirar hacia el futuro de España, es un gran acuerdo de constitucionalistas, alejados de egos y parcelitas de poder.

Esta semana hemos asistido a ver cómo dirigentes del PP, Ciudadanos y Vox, se unían para arropar a Juan Guaidó, presidente legítimo de Venezuela, en su visita a España. Curiosamente Guaidó forma parte del partido ‘Voluntad Popular’ de ideología progresista y socialdemócrata. Como socialdemócratas son grandes dirigentes del PSOE que lamentaron no poder mostrarle su apoyo por la necesidad que tienen de Podemos para gobernar.

Pues bien, si partidos de derecha, centroderecha, socialdemócratas… se logran unir para gritar con una sola voz por la libertad en Venezuela y apoyar a un socialdemócrata como Guaidó, ¿No podemos unirnos todos los españoles que solo queremos progresar y no depender de independentistas ni comunistas?

Si no somos capaces de ser generosos y encontrar esa ‘bandera’ común, quizá haya que optar por buscarla fuera. Qué país tan complejo tenemos.
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