"Gracias por vuestras manos y vuestros ojos"

Cinco personas con discapacidad pudieron hacer una ruta de montaña gracias a los medios y los voluntarios del Club Pandetrave, que se convirtieron "en nuestras manos y en nuestros ojos"

Fulgencio Fernández
03/06/2018
 Actualizado a 13/09/2019
Álvaro ya está subido a su silla Jöelette adaptada para iniciar la ruta, los voluntarios hacen los últimos ajustes y a caminar. | CLUB PANDETRAVE
Álvaro ya está subido a su silla Jöelette adaptada para iniciar la ruta, los voluntarios hacen los últimos ajustes y a caminar. | CLUB PANDETRAVE
La cara de felicidad de Álvaro mientras recorre los parajes de la ruta de los Puertos de la Llorada lo dice todo. Las palabras de este niño de 15 años con discapacidad le ponen voz a la felicidad: "He disfrutado mucho con las vistas desde lo alto del Pico, lo he pasado muy bien... Si pudiera volver más días".

La mirada de Marce, de Pandetrave, uno de los responsables de que Álvaro cumpla su sueño de hacer una ruta de montaña también lo dice. Sus palabras le ponen voz al compromiso de esta gente con quienes no podrían nunca hacer una ruta sin su ayuda. "Claro que vas a volver, muchas veces Álvaro, no te preocupes".

Al fondo de la imagen, como siempre sonriendo en silencio, Ángel Alonso, Gelón, corrobora: "Claro que vas a volver".

Álvaro tiene ganas de ir mañana al instituto para contarles a sus compañeros de clase que ha hecho la III Ruta Inclusiva de los Puertos de Llorada en Lois, de nueve kilómetros.

- ¿Estás muy cansado?
- ¿Yo? Los que están cansados son los que han tirado de la silla.

Y reconoce que lo que si tiene es hambre pues le van llegando los aromas de la paella que están preparando los otros patrocinadores de la ruta, el Ayuntamiento de Crémenes y la Junta Vecinal de Salamón.

Ángeles, la madre de Álvaro, insiste en dar las gracias a todo el mundo, que nada paga la felicidad de Álvaro. «Nunca habíamos hecho algo así, vimos un tríptico que anunciaba la excursión y nos apuntamos. Ha sido maravilloso y para Álvaro imagino que inolvidable, había hecho otras cosas como terapia equina en Carriegos o piscina... pero lo de hoy ha sido precioso».

Desde Ávila habían llegado Pepe y Charo, con discapacidad visual por lo que la herramienta que Pandetrave ha puesto a su disposición es la barra direccional, un invento propio, y quienes les acompañan en ella. «Merece la pena el viaje hasta aquí y tener que regresar después, merece la pena y mucho. No te puedes imaginar las sensaciones que vivimos atravesando los montes, el río, incluso una subida pronunciada y con sol... compensa. Y mucho».

Pepe y Charo llegaron a esta III Ruta Inclusiva gracias a su hijo, fue a unas jornadas sobre discapacidad visual y les animó a que se apuntaran. «¡Qué bien hizo!».

- ¿Conocíais la barra direccional?
- No, hasta que entramos en contacto con Pandetrave no sabíamos nada de ella, es un gran invento. No sé cómo agradecerle a este grupo de montaña lo que hacen.

Desde Aranda de Duero llegaron Cristina y Lucas, ellos también soportan la paliza de dos viajes y, en medio, la ruta, también con barra direccional. «Nos habló de esta posibilidad un amigo de Riaño y aquí estamos, felices y agradecidos». Cristina cuenta que para Lucas ha sido un gran hallazgo la barra pues «tiene más dificultades que yo de movimiento y visión y la barra le da seguridad, creo que incluso es algo psicológico, y una bendición pues es la única manera que tenemos de que pueda disfrutar de la naturaleza. Salimos de casa a las cinco de la mañana y no sé a qué hora regresaremos, pero ya te adelanto que ha merecido mucho la pena».

- ¿Y la gente de Pandetrave?
- No tengo palabras. Es increíble pero te digo una cosa, no se trata sólo de lo que hacen, que es mucho, lo importante es cómo lo hacen.

Y se van todos hacia la paella. Gelón está a los mandos. Marce le toma el pelo: «¿Tú no eres un alcalde al uso, cuánto cobras por esto?». Y Marce remata: «Sospecho que nos lo hace de su bolsillo».
Lo más leído