06/03/2021
 Actualizado a 06/03/2021
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Después de una semana intensa en la que los dirigentes de nuestra comunidad se han medido, una vez más, con el ya famoso debate de: «relajación de las medidas o nos mantenemos firmes en la decisión». Y tras varias ruedas de prensa, declaraciones autorizadas e intervenciones ad hoc, ya por fin, se puede decir que el lunes, la hostelería, los gimnasios y los centros comerciales, pueden abrir sus puertas.

Una medida justa y necesaria que a mi juicio ha tardado en llegar, pero que es vital para intentar salvar lo poco que queda en pie.

Y no digo salvar la Semana Santa, porque la semana mayor sólo la salvan los cofrades con sus desfiles procesionales, lo demás, y permítanme esta pequeña licencia, son añadidos. Por cierto, mi admiración por los más de cien mil euros que han dedicado este año a fines sociales. Al César lo que es del César.

Que te prohíban el derecho a trabajar tiene que ser muy duro, y fusilando aquella cuña que mi querido Chema ingenió para su sindicato médico, podemos decir que: para los dueños y usuarios de la hostelería, durante este último año, todas las semanas han sido de Pasión.

Se nos presentará una semana distinta, ya que no veremos mecerse un palio o andar muy despacio al Nazareno por las calles del viejo reino. Pero a la vez, tendremos una oportunidad única de invertir en nuestra tierra, de ‘gastar’ en León.

Los de los gimnasios, no tengo la menor duda de que lo harán de lujo, y cumplirán las normas. Los centros comerciales, andarán muy finos, porque saben que a la mínima, vuelven los disgustos.

Todos tenemos ganas de lanzarnos a la calle a tomarnos una Mahou bien fría porque, por mucho que te digan, en casa no sabe igual. Pero la pelota ahora estará en nuestro tejado, y no debemos salir y a la cuarta caña hacer el ‘parias’, sacando la nariz por encima de la mascarilla o simplemente hacer corrillos como los que se hacen en los patios de los colegios.

Como en todo, supongo que habrá hosteleros buenos, malos y artistas. Y como siempre, unos se emplearán a fondo y lo harán muy bien, y otros dejarán mucho que desear, aunque tengan bula. En León todos nos conocemos y bien.

Esta pandemia está atacando a lo único que tenemos, a nuestras pequeñas empresas, ellos nos necesitan, por supuesto, pero también nosotros les necesitamos y mucho, porque yo no me imagino un día sin un buen café o sin poder volver a mis restaurantes favoritos. Debemos ser responsables, se lo debemos a todos los que no están, porque se puede consumir con seguridad; los locales se han esforzado para ello. Esta Semana Santa, en la que no vendrán los ansiados turistas, consuman León, gasten León, pero por favor no la caguemos, no nos peguemos un tiro en el pie.
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