11/09/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Cogidas al vuelo, decimos. Vuelan los pájaros, pero a los pájaros es muy difícil cogerlos al vuelo. Trata de cazar a mano a un vencejo o a una golondrina. Ni siquiera a un pardal o a un verdecillo. Y menos a un murciélago. ¡Oh, los murciélagos! Son fascinantes. Hay más de 1.100 especies distintas. Uno, al que llaman murciélago moscardón, sólo pesa ¡dos gramos! Otros pueden tener hasta metro y medio de envergadura. A los hematófagos (los que se alimentan de sangre) les llamamos vampiros. Todos son mamíferos. Científicamente, ‘quirópteros’, del griego, palabra sintética, mano-ala. En catalán le llaman ‘ratpenat’, rata alada, que a mí me suena a ‘ratpelat’, rata pelada.

Bueno, quiero decir que por el cielo informativo vuelan frases y uno trata de cogerlas al vuelo, y a veces atrapa a alguna, por aquello de que más vale una en mano que ciento en el ojo, o sea, volando y pasando tan fugaces que ni siquiera caemos en la cuenta del excremento que sueltan, porque las aves excretan líquido y sólido a la vez, y casi siempre lo hacen al vuelo, caiga sobre quien caiga. Digo que, aunque todo pasa muy efímeramente ante nuestros ojos y oídos, hay algunas frases que merece la pena cazarlas al vuelo y dejar constancia de que fueron dichas.

Dice Monedero: «la política está ahora podrida». ¿Desde cuándo? Ese ‘ahora’ se refiere a lo que está pasando entre Podemos y el PSOE. Entiéndase, por tanto, que es una podredumbre nueva que hemos de añadir a la otra, la de la casta. Alguien la ha llamado, acertadamente, la ‘progredumbre’. Él, monedero en mano (sí, es chiste facilón), debe saber de todo esto mucho y bien después de aquél casi medio kilo de euros que le llegó por vía diplomática de Venezuela y demás países hermanos.

Dice la alcaldesa Colau: «Barcelona está entre las ciudades más seguras del mundo», y quienes afirman lo contrario «están mintiendo. Es vergonzoso escuchar al señor Casado que en Barcelona te apuñalan por la calle». Dígaselo, señora abadesa, a la familia de las 15 personas que han muerto en lo que va de año apuñaladas en las calles más seguras del mundo. Pero, añade, para redondear la faena con el faldón progresista: «Mi prioridad institucional es que (los presos políticos) salgan de la cárcel como sea». «Esto sí que es un objetivo de país: que salgan de prisión». ¡Vaya sensibilidad social! ¡Toma gobierno de coalición, Pablito!

Dice el independentista catalán Óscar Camps, el negrero rescatador de pobres ‘migrantes’ africanos: «El rescate no es un objetivo, es una obligación. Los rescates deben hacerse sí o sí, si te los encuentras. Es lo que dice la ley». La ley dice salvar a náufragos, no a personas que pagan un dineral para que los lleven en un barco hasta aguas internacionales, les dejen luego en unas lanchas cerquita de otro barco que les espera para ‘rescatarlos’ y con ello asegurar un negocio redondo, el que va de las mafias a la ‘butxaca’ de Camps, ese intrépido campeador, icono mundial de la solidaridad, que lucha contra los poderosos recibiendo más de medio millón de euros de su amiga Colau, al que añádase casi otro millón de 287 ayuntamientos catalanes: en 2017, la fritanga de calamares rebozados de 3,6 millones de euros en subvenciones recibidas (con los brazos abiertos, open arms) de acá y de allá. Pero gallito y victimista, añade: «Si salvo una vida, que me multen y que me embarguen todo mi capital». Sí que tiene ‘capital’: vive en un chalé de lujo a lo Iglesias y está pagando 4.000 euros mensuales de hipoteca por otras dos casas.

Vayan otras frasecitas volando que no tengo espacio para comentar, aunque lo hacen por sí solas. Cifuentes: «Las he pasado muy putas, pero siempre he caído con la cabeza muy alta». Y Iñaki Anasagasti, la calva más brillante y moderada del PNV, dirigiéndose a Cayetana Álvarez de Toledo en Twitter: «Una estúpida, pija, creída y arrogante. Ah... y muy facha». Y Miquel Buch, consejero de la Generalidad: «El Estado me debe dinero que se ha comprometido a pagarme». Reparen en el ‘me’ duplicado. Y concluyo con la ínclita cebollina Pilar Rahola: «El rey de España se te acerca, te dice que tienes mal el pecho y te toca y hace zumo de naranja». ¡Y lo hizo delante de todo el mundo, según cuenta!
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