19/06/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Guardar
Era difícil imaginarse algo así, y obviamente no lo vi venir, por más que siempre se crea que en política se ha visto de todo. Lo que ocurrió en Villaquilambre apenas 48 horas antes del pleno de constitución ha hecho que todas las miradas se centraran en la localidad del alfoz, sobre todo en Lázaro García Bayón, porque es el más veterano del lugar y el que siempre ha tenido fama de ser impredecible. Pero también en el nuevo concejal de Vive Villaquilambre, que formará equipo de gobierno con el edil al que denunció cuando era presidente de la Junta Vecinal de Navatejera. Son los extraños compañeros que crea la política, en los que los fichajes van y vienen y no siempre se ven venir. Si el catálogo de concejales fuera un álbum de cromos, pocos habrían mirado a algunos de estos ediles que llegaron casi en el último minuto, como los fichajes de las últimas páginas. Aún me dura 25 años después la extraña obsesión que me entró con el fichaje 35 del año 94, en el que salía un desconocido Amavisca, que dio media liga al Madrid aquel año. Pero no lo vi venir, por más que era difícil de encontrar y, por tanto, merecía más atención que Escaich o Korneiev, los barcelonistas que prometían ser los buenos, avalados como estaban por Cruyff. En unas instituciones en las que cada vez tienen más valor los partidos que menos representación tienen, habrá que estar atento a partir de ahora a ver cómo se desenvuelven estos fichajes, no sea que cambien de equipo en el mercado de invierno, dentro de seis meses.
Lo más leído