Exposición colectiva de invierno en Bernesga

Nueve artistas, ocho pintores y una escultora, hacen un recorrido a través de sus obras por lo que ha sido y será la trayectoria de la galería

Vicente García
06/01/2021
 Actualizado a 06/01/2021
Vista de la exposición colectiva que alberga la galería de arte Bernesga. | VICENTE GARCÍA
Vista de la exposición colectiva que alberga la galería de arte Bernesga. | VICENTE GARCÍA
Hasta el próximo 16 de enero se encuentran expuestas obras de nueve autores de variadas procedencias, pero con imágenes y estilos que harán las delicias de los visitantes.

En primer lugar debemos citar al leonés de Babia Manuel Sierra, quien con su peculiar estilo muestra esas imágenes que le caracterizan con un trazo y un colorido llenos de luz y de vida y una temática eminentemente rural que incita a la nostalgia de tiempos pasados y que ha dejado su impronta en las localidades babianas, especialmente el año 2019 en Lago de Babia donde realizó varios murales interesantísimos, además de sus cuatro exposiciones durante el mismo año en diferentes lugares de la ciudad de León así como la edición de un libro singular a cargo de David Celarayn dedicado a su obra.

López Herrera es un pintor conocido de esta sala, pues ha colgado individualmente sus obras en numerosas ocasiones. Es un pintor que, pese a tener ciertos rasgos hiperrealistas, como las notas  escritas en hojas de cuaderno, los aditamentos de la escenografía, o los marcos de las ventanas, sus personajes tienen unas figuras y unas expresiones que les hace parecer irreales, aunque estén cerca de la realidad, en ese justo límite entre la fantasía y lo cotidiano con un extraordinario sentido del humor que da a su obra un contenido de gran sensibilidad. Unas piezas que cuentan historias mágicas y que a la vez son personajes comunes y corrientes. Son cuadros que destilan ternura en las miradas de sus personajes y con el extraño uso de la geometría en muchos de sus elementos.Del palentino Álvaro Reja se puede ver una serie de cuadros en su estilo, donde las personas se funden con los fondos en estructuras triangulares con unos toques de color muy delicado lo que potencia ese tono onírico del cual hace gala el creador de unas obras con un estilo tan personal que cada una de ellas es un poema personal que envía a quienes contemplan estas maravillas. Se trata de piezas dedicadas al circo y al amor.Ana Prieto presenta en un estilo muy personal cuatro piezas, dos paisajes urbanos, donde los rascacielos tienen esa luz mortecina y neblinosa que produce la contaminación, paisajes en los que los edificios son el alma de cada cuadro, con pinceladas exactas que hacen que nos internemos en ese mundo urbano de tráfico y construcciones abigarradas, mientras que los otros dos paisajes de montaña nevada que presenta, son un canto a la vida y a la alegría donde la blancura de la nieve contrasta con la dureza arisca de la roca y el azul inmenso del cielo. Es la expresión de la vida frente a lo mortecino que se ve en la ciudad.Juan Gil trae la magia y el color de unos cuadros en pequeño formato dedicados a seres tan alegres y que llaman a la diversión como son los payasos, y no solamente a los niños deben alegrar sino a todos los mayores que andamos un poco faltos de esa ternura infantil que producen esos seres que desean arrancar una sonrisa en nuestros corazones en estos tiempos tan duros.Las obras de Ana Alcaraz muestran veleros sobre el mar azul que son el símbolo de esa libertad que tanto ansiamos en estos momentos. El contemplar estas obras de una artista que llega a la Galería Bernesga produce sentimientos de tranquilidad por la paz que transmiten los veleros navegando suavemente por las olas del mar.El pintor malagueño Carlos Puyet solamente expone una obra en la que dos mujeres se encuentran ante la mesa de un bar y una de ellas mira al artista, mientras que la otra se dedica a contemplar el entorno. Su forma de presentar las figuras denota una especial delicadeza con unos tonos suaves y melancólicos que acentúan la belleza y sensualidad de las modelos, aunque la escena esté impregnada por la incomunicación de ambas. El pintor Carlos Cobián, que recientemente ha pasado por la sala, nos muestra una de sus obras dedicada a las bicicletas en la playa, un cuadro algo más grande que el resto de las obras pero que merece un lugar especial en la exposición.

Por último una delicada escultura en bronce de Carolina Rodríguez Baptista en la que una madre y su hija sentadas contemplan el mundo que pasa ante ellas, realizada con una depurada técnica que muestra la belleza y la quietud de unas estilizadas figuras femeninas y que aportan el volumen a una exposición que ha sido de pintura en el resto de sus autores.

Una exposición que continuará hasta el 16 de enero en la Sala Bernesga de la calle Santa Clara 2 y que es conveniente visitar si nos gusta el arte y sus autores más conocidos, tanto leoneses como del resto de lugares de procedencia.
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