Eva Fernández: "Nunca he vivido la música desde la diferencia"

La cantante y saxofonista barcelonesa, hija de astorgana y uno de los más firmes valores del jazz catalán, actúa este sábado en compañía de Threejay en el concierto de clausura del Festival de Cerezales

Emilio L. Castellanos
25/08/2016
 Actualizado a 19/09/2019
Eva Fernández con la banda que la ha acompañado en la grabación de 'The Darkness'. | JUAN MIGUEL MORALES
Eva Fernández con la banda que la ha acompañado en la grabación de 'The Darkness'. | JUAN MIGUEL MORALES
La Sant Andreu Jazz Band constituye sin duda alguna uno de los proyectos musicales y didácticos más apasionantes del jazz catalán. Joan Chamorro la ideó y la ha tutelado desde que echara a andar, en 2006, dominado por el deseo de aproximar el jazz a chavales de no más de 20 años de edad. Eva Fernández se formó en sus filas, a las que se incorporó siendo una cría, y ahora, con 22 años de edad, atesora toda clase de elogios y se ha incorporado al universo jazzístico como uno de sus más firmes valores. "Comencé en el jazz de una forma bastante natural", asegura la cantante y saxofonista barcelonesa, quien su primer abrazo al sonido del jazz lo dio a los ocho años gracias a Chamorro, su primer mentor musical. "Lo primero que me enseñó y de lo que me enamoré fueron de las melodías de jazz. Tuve la suerte de caer en un sitio donde se me transmitió lo bonito de este género y lo recibí con mucho amor".

Son varios los instrumentos que toca Eva Fernández, aunque el más habitual para ella es el saxo. "Yo pregunté cuál era el instrumento del tema de ‘La Pantera Rosa’ y alguien me dijo el saxo; pues yo ese, afirmé", indica. Su hermano se decantó por la trompeta alentado por el lamento musical que brotaba de las procesiones de Semana Santa que veía en Astorga, el lugar de origen de su madre y al que ella regresa dos o tres veces al año. Precisamente, días antes de su actuación en el Festival de Cerezales del Condado acompañando al trío Threejay (este sábado a las 22:00 horas en la plaza principal), "se trata de compartir lo que cada uno tiene y, por ello, siempre salen colores y texturas nuevas; es algo sorprendente, al menos para mí", se habrá consagrado al habitual ritual de dejarse caer por una tierra que no le resulta en absoluto ajena y a la que le unen fuertes vínculos.

Por supuesto, Joan Chamorro resultó decisivo en el impulso de la trayectoria de Eva Fernández. "Lo considero mi padre musical". Bajo su amparo grabó en 2013, siendo una adolescente, su primer disco con su nombre, ‘Joan Chamorro presenta Eva Fernández’ (también había participado en proyectos de la Sant Andreu Jazz Band o Andrea Motis & Joan Chamorro Group, entre otros), donde ofrecieron su colaboración músicos tan reputados como el pianista Ignasi Terraza, el saxofonista americano Dick Oatts o el guitarrista Josep Traver. Ahora, tras sumar colaboraciones con músicos del prestigio de Perico Sambeat, Ken Peplowski, Bobby Gordon, Jesse Davis, Terell Stafford, Wycliffe Gordon, Scott Robinson, Matthew Simon, Llibert Fortuny, Carles Benavent o Jordi Bonell, acaba de publicar un nuevo disco, el primero del que queda ausentado el manto de Chamorro, titulado ‘That Darkness’, donde es acompañada por el trompetista valenciano David Pastor (que el próximo día 23 de septiembre actuará en el claustro de San Isidoro), el contrabajista Josep Lluís Guart, el contrabajista Miquel Angel Cordero y el baterista Toni Pagès. "No me siento distinta ahora a cuando grabé el disco con Joan. Siento y pienso la música de la misma manera. Es algo que no ha cambiado, aunque ahora haga cosas distintas. Simplemente voy creciendo y los proyectos van creciendo conmigo".

‘That Darkness’ está integrado por ocho temas y la variedad preside su contenido (hay estándares, ‘El día que me quieras’ de Gardel, una canción de Amy Winehouse o incluso una que lleva su firma). "No hay ninguna estrategia extraña en la selección de los temas. Elegí aquellos que me gustaban y con los que me quería expresar".
"Un profesor me dijo una vez que componer era improvisar a cámara lenta", dice la catalana, que ha incluido un tema suyo en el disco. "Es verdad. Es inventar una melodía, con una armonía y todo lo que le quieras echar, pero con todo el tiempo que quieras para hacerlo... Cuando improvisas, estás surfeando, sin apenas tiempo de reacción, hay que ser rápida. Me gusta componer porque realmente es mirar con lupa lo que ya llevaba tiempo haciendo, que es intentar crear música. Tienes más tiempo de reacción para buscar el matiz. Tengo la sensación de que no es algo que no estuviera haciendo ya porque improvisando siempre creas. Cuando escribo es porque tengo algo que contar. Es algo que me gusta y en lo que pongo una energía que permite que me salgan las cosas casi solas".

Eva Fernández alterna el manejo del saxo (instrumento cotidiano para ella aunque no el único que toca) con el uso de voz. Es una cantante respetable provista de un estilo propio. "La voz la entiendo como otra vía más para hacer música. Aunque use herramientas distintas, siempre hago lo mismo en cuanto a concepto".

Su primer saxo fue un soprano curvado. Lo tocaba con ocho añitos y aún hoy lo utiliza. "Creo que el saxo y yo nos encontramos mutuamente". Luego, ha ido incorporando otras variedades, como el alto o el barítono. Entiende su trayectoria como una gran carrera de fondo que va añadiendo nuevas referencias y en la que se vislumbran nuevos proyectos con los que condimentar y dar satisfacción a una labor que ha sido elogiada y que la encumbra como una de las más grandes promesas del jazz catalán. "En cierto modo, todo esto me da un poco de vértigo. Soy consciente de que no es lo normal lo que he podido vivir. No es que yo tenga un don extra. Sí un punto de suerte al encontrarme en el camino a las personas adecuadas que me han ido dando los empujones oportunos para que yo tenga este amor por la música. Aunque también he aprendido a no esperar nada de las cosas, lo que te da un punto de tranquilidad que me va bien". Barcelona está siendo ahora mismo centro del interés del jazz nacional y son muchos los músicos de calidad que nacen en su seno. Eva es consciente de ello, lo que minimiza los posibles efectos de tanto agasajo hacia ella. "Aquí hay un montón de gente joven con talento, con cosas que decir y en algunos momentos sin sitio para expresarse. Soy consciente de que hay mucha gente haciendo lo mismo que yo, incluso mejor...".

Rechaza la idea de jazz femenino. Para ella, la música se impone a cualquier consideración y etiqueta. "Crecí en un ambiente donde la música, niños y niñas, se compartía. Yo nunca he vivido la música desde la diferencia y sí como algo muy amplio. Soy músico porque soy músico y soy mujer porque soy mujer".
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