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Espichas y genarines

24/03/2016
 Actualizado a 10/09/2019
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La última fiesta de Industriales en el Campus de Vegazana ha dejado un paisaje de desperdicios por todo el recinto. El ayuntamiento se inhibió de la limpieza tras la fiestona con el argumento de que la universidad es consciente y responsable para tratar los efectos de estos actos. Me congratulo del papel de la institución municipal en este caso. Si el rectorado permite sin más –de hecho o por dejación– la celebración de la espicha, ha de gestionar las consecuencias.

Hay que asumir que las escuelas y facultades tienen fiestas patronales. Desde hace decenios son celebradas por los alumnos, chicos de dieciocho a veintitantos años, dentro y fuera del campus. Los actos incluyen fiestas con alcohol, tertulia al aire libre, música… Sorprende la pasividad de la institución universitaria que, sabiendo que va a existir celebración se haga lo que se haga, no pone bidones de recogida de basuras y toma medidas para paliar la conversión del espacio universitario en un vertedero. Si la fiesta va a tener lugar, minorícense sus efectos negativos. ¿Es que los rectores y vicerrectores no fueron estudiantes? ¿Pero piensan que han cambiado tanto los alumnos en los últimos años? ¿Qué hubiesen hecho ellos en su etapa estudiantil en las mismas circunstancias? Parecen nuevos. Hay que concluir que el rectorado ha estado en la inopia. Mucho más cuando hablamos de algo que sucede año tras año. Serán muy listos para otras cosas, pero para ésta no.

El ayuntamiento leonés ha adoptado medidas especiales para la celebración de Genarín, justo al contrario que el rectorado con la espicha. Por fin parece que se asume que la procesión del golfo pellejero es una parte más de la Semana Santa leonesa. Algunos cofrades se muestran contrariados, al igual que el cura que no ve el pelo a esos mismos cofrades a lo largo del año en misa –agnósticos de facto o incluso ateos como son–. Y es que estamos en una sociedad y una ciudad llenas de contradicciones, paradojas que dan identidad y atractivo a esta urbe para que vengan de Madrid a gastar los dineros que no llegan por otras vías.

Innegablemente existe un paralelismo entre ambas fiestas en algunos aspectos, pero el tratamiento ha sido radicalmente distinto por la universidad y la alcaldía. El nuevo equipo municipal ha entendido que, si no puedes luchar contra algo, solo puedes unirte en lo positivo y minimizar sus efectos negativos. Tomen nota en el rectorado y no pretendan que los jóvenes no celebren todo lo celebrable. No sean panolis. Además, ¡hasta ahí podíamos llegar!
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