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Especular en bolsa, una cuestión de carácter

26/03/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Especular es una da las maneras más comunes de estar en bolsa, pues se calcula que más del 80% de las operaciones diarias tienen este carácter. Algo muy útil pues dota de liquidez al mercado, es decir, facilita la compra y venta ágil de las acciones. La especulación suele provocar volatilidad, es decir, fluctuaciones amplias en los precios. ¿Puedo aguantar estas oscilaciones? ¿me quitan el sueño? Cada uno tiene su carácter y lo que le viene bien a una persona no necesariamente le viene bien a otra.

Supongamos que sí, que tenemos este carácter especulador. El siguiente paso es llevar un ‘control de capital’, es decir, establecer cuánto dinero vamos a disponer para estas ‘apuestas’. Lo marcamos a priori, antes de lanzarnos al ruedo. Supongamos que decidimos destinar el 20% de nuestro capital. Enseguida, determinamos los ‘stop loss’: los niveles de pérdidas máximas permitidas. Esta cuestión es vital de necesidad. Cuando el precio alcance el objetivo de beneficio que nos hemos marcado, hemos de vender, y cuando el precio alcance la pérdida máxima permitida, también vendemos ¿¡Con pérdidas¡? Sí, con pérdidas. El problema lo tenemos cuando dejamos correr las pérdidas con la convicción de que «ya subirán las acciones». El objetivo es simple, pero nada sencillo: dejar correr las ganancias y cortar rápido las pérdidas. No nos pongamos nerviosos cuando vayamos ganando, ni seamos ingenuos cuando vayamos perdiendo pensando que los precios se recuperarán. Los ‘stop’ son algo sagrado.

Si quieres especular tienes una herramienta: el análisis técnico. Estudia, fórmate. Pero ten en cuenta que el análisis técnico, siendo necesario, no es suficiente. No lo endioses, no pienses que es infalible. Dicen que las bolsas en el corto plazo se comportan con locura y comprender a un loco no es fácil, requiere tiempo. Adéntrate en el análisis técnico, pero te recomiendo que adquieras tu propio criterio de especulación, cuanto más sencillo mejor.

Y no olvides que si especulas has de aprovechar las fluctuaciones del mercado al alza y a la baja.

Ahora bien, personalmente, prefiero la filosofía del ‘slow finance’, pues las estadísticas de cómo le va a los que especulan en los mercados financieros son muy negativas: menos del dos por ciento ganan dinero cada año. Me quedo, sin dudas, con el «despacito y buena letra» y, por supuesto, con el largo plazo.
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