23/02/2021
 Actualizado a 23/02/2021
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Cuando se decía aquello de ‘España va bien’, muchos lo tomaban a risa, pero, viendo el presente y olfateando el futuro, uno se da cuenta de que las cosas no iban tan mal. Y no podemos echar la culpa principal a los políticos, puesto que el mayor responsable es el pueblo, la gente que los elige y, sobre todo si, tras una gestión desastrosa, los vuelve a elegir.

Durante cuarenta años de bipartidismo y alternancia en el poder España ha ido saliendo adelante. Aunque no guste a todos, como ciudadano, me atrevo a dar una interpretación personal, sincera, consciente de que no soy infalible.

En la actualidad no gobierna el PSOE, sino un señor narcisista que consiguió adueñarse del partido, no dejando de él más que las siglas. Los viejos socialistas, hoy jubilados, no lo soportan (González, Guerra, Leguina, Redondo, Vázquez, Corcuera…) y los que todavía dependen de su nuevo jefe para la propia supervivencia no tienen más remedio que tragar o criticarlo muy suavemente. En cuanto a los socios del actual gobierno, a quienes el Presidente debe su poltrona, dejan mucho que desear (golpistas, separatistas, comunistas, populistas, terroristas…) y de hecho son quienes nos gobiernan.

Ciudadanos surgió con fuerza y simpatía en Cataluña, pero cuando la vanidad y ambición de poder les llevó a pasarse al ámbito nacional para desbancar al PP, lo único que hicieron fue dividir al centro derecha, facilitando a Sánchez dormir plácidamente en la Moncloa, sin que sus desastrosos aliados le quiten para nada el sueño.

El PP ha gestionado bastante bien la economía. El paro subió con Felipe, bajó con Aznar, subió con Zapatero, bajó con Rajoy y ha vuelto a subir con Sánchez. Pero la economía no lo es todo, y ha sido víctima de sus complejos y miedos, jugando a ser progre, a pesar de que progresismo y progreso no son sinónimos. En cuanto a la corrupción lo superan otros partidos que saben atacarlo, mientras que éstos, hipócritamente, se creen moralmente superiores.

Respecto de VOX, es hijo de las cobardías, miedos y claudicaciones del PP. También resulta un poco cínico que desde la más rancia ultraizquierda les llamen ultraderecha. Tiene gente muy competente y valiente, aunque no todo sea aceptable. Sus electores son gente sensata, decepcionada del Partido Popular. Pero si sus votantes, los de Ciudadanos y los del PP no se unen, la derecha no gobernará nunca. El día que Casado insultó a Abascal cometió un error garrafal, que puede costarle su supervivencia política. Si alguien se lo aconsejó, poco tiene que agradecerle.
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