Muchos escritores se mostraron reticentes a escribir a máquina, primero, y a ordenador, después, pues estaban convencidos de que buena parte de las musas les visitaban aprovechando la lentitud de aquellos renglones escritos a mano, con mimo, a pluma en muchos casos. También sus estudiosos encontraban muchas pistas en su letra.
¿Cómo analizar las palabras escritas por Gamoneda que cuesta trabajo creer que él mismo las entendiera? Hay quien malicia que no es cierto que le guste corregir sus poemas, es que no los entiende con el paso del tiempo y los reescribe ¿Y si le quitan las plumas a Mestre qué será de esas dedicatorias en sus libros que son su primer tesoro? Y tantos otros.
Son literatura escrita a mano.
Los artesanos escriben la vida a mano. La dejan esculpida sobre una madera que devolvió un río y acaba siendo un barco. La perpetúan en neones de colores vivos que le arrancan al cristal que soplan con arte. Se escucha en un rabel que sólo era un tronco y unas crines de caballo cuidadosamente seleccionados y trabajados aún con más tiento...
Son las manos que escriben la vida sin necesidad de plasmarla en letras. Y que la vida escribe sus huellas en esas mismas manos.
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