Imagen Juan María García Campal

Escándalo y dignidad

11/09/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Cuando ya nos creíamos libres de su voz cavernosa, hemos oído de nuevo la del que fue portavoz de la Junta de Castilla y León de 2007 a 2015 y vicepresidente de la misma de 2016 a 2019; del que, dicen, fue titiritero mayor de la cosa autonómica por largos años. Lo hizo desde su menguada pero multiplicada ocupación pública –concejal de Valladolid y procurador de las cortes autonómicas–. Lo hizo, creo, como sus últimas voluntades el gallego del chiste que, tras decirles a sus hijos que si moría en el pazo de arriba quería ser enterrado en el pazo de abajo y si lo hacía en el de abajo, debería ser enterrado en el de arriba, al ser preguntado por sus hijos del porqué de tal voluntad, contestó: ¡por joder, hijos, por joder! Solo que este, como es médico, lo habrá hecho por pulsar y, por especialidad psiquiátrica, por provocar las neuronas de muchos. Por cataplines, no creo. Ya haría falta jeta para decir ahora por lo que, cuando tuvo años con más voz y poder para decirlo, hizo mutis en el foro o por el forro del pragmatismo. A lo peor, solo es que se echa de menos en las fotos de los mandamases y, comprendamos, traumático tiene que ser echarse de menos a uno mismo.

Por otra parte, qué más da –que no lo da, ya lo sé– si de hecho, calle lo que la calle el estatuto, el ‘statu quo’ es que Valladolid ejerce la capitalidad en forma de sede real de Junta, Cortes y...

¿Qué instituciones públicas que puedan generar algún flujo económico por las características de su gestión se ubican fuera de Valladolid? ¿El Tribunal Superior de Justicia en Burgos? Porque, salvo craso error por mi parte, no veo la del Defensor del Común (León), el Consejo Consultivo (Zamora) ni el Consejo de Cuentas (Palencia) como tales.

Conste que me importan un pito comunidad y capitalidad, lo que sí me importa es que funcionen los servicios públicos necesarios para los ciudadanos; que no nos sigan secuestrando servicios de gran importancia para la calidad de vida y días (Unidad del dolor) o se complique aún más la vida de los conciudadanos (saturación de servicios como radioterapia y consecuente derivación, ¿a dónde?, a Valladolid).

Además, para qué tanto rasgar de vestiduras políticas por la capitalidad, si luego viene el ‘presidentín’, promete a la Universidad un 10% más, ¿de cuánto?, de 4,2 millones de euros; un 2,89% menos que en 2019, y se hace gran buena noticia.

Menos escándalo y más dignidad ciudadana y, sobre todo, de los representantes políticos de León.

¡Salud!, y buena semana hagamos y tengamos.
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