En fin, sirva todo lo anterior para explicar que ‘Enumeración’, el libro de versos que este viernes día once a las 19 horas en el Salón de los Reyes, antiguo edificio del Ayuntamiento leonés, se dará a conocer. Asimismo, la tarde siguiente, sábado 12 entonces, cuando suenen las seis, descollará en la Casa de la Cultura de Fabero, lugar acogedor de la presentación de esta singular pieza literaria, pieza literaria que en realidad es una joya de tal valor que debe cuidarse por lo menos en una estantería protegida del sol y la humedad donde converse con ella depositando sobre él toda clase de mimos y admiraciones. Dicha pieza o libro la componen 51 poemas elaborados por Carmen Busmayor, berciana de Busmayor por los cuatro costados y viajera impenitente, más 22 ilustraciones construidas exprofeso, a doble página y rebosantes de color debidas a Juan Carlos Mestre, berciano también, aunque de Villafranca, el hombre universal que injerta cerezos rojos detrás de la pared de sus ojos y en los rincones olvidados, Premio Nacional de Poesía e igualmente ganador del Premio Castilla y León de las Letras, además del Premio de la Crítica de Castilla y León y otros muchos sobrevenidos, no lo olvidemos, tras el prestigioso Adonais obtenido por la bellísima ‘Antífona del Otoño en el Valle del Bierzo’ en 1985. Premios y más y más porque existen también los cócteles de pinceles, lápices y colores adosados al alma como la estela de humo que brota en las chimeneas horneados los primeros panecillos en las tahonas atizadas con leña de roble. Quiero dejar constancia con lo último, por si no queda claro, mea culpa, que Mestre además de poeta es un brillante artista plástico. No hay más que prestar atención a las ilustraciones del poemario hoy presentado, ‘Enumeración’.En cuanto a Busmayor, quien suscribe estos renglones, creadora de los ‘Versos en el Hayedo de Busmayor’, me consta que le resulta difícil referirse a ella misma. Baste, pues, con indicar que entre sus libros de poesía el emocionante ‘Epístola a Carmen’, exigido por el terrible mal de Alzheimer padecido por su madre, Carmen, éste ha sido presentado por vez primera en el casino de León por dos grandes poetas ya en aquel momento: Antonio Gamoneda, más tarde Premio Cervantes y Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y aquél, bajito él, que decía que lo habían nacido en Burgos, gran cronista, además de poeta decisivo en la aventura de Espadaña, aventura de gran alcance, Victoriano Crémer. Luego la exégeta de Antonio Pereira, publicaría bastantes libros de versos, entre ellos, ‘Cuaderno de África’, ‘Fronterizos, adúlteros y reciclados’, ‘Historias de la fatal ocasión’, ‘Inventario del silencio’, ‘Mapa de encuentros’ y ‘Sílabas de agua y brezo’, algunos acompañados de premio (González de Lama, Manuela López, accésit del Eugenio de Nora…), otros no.
Pero hoy, ahora, sí, ahora, despidiendo los últimos instantes para la presentación de ‘Enumeración’, con un aforo, por fortuna, recientemente crecido hasta un 75% (¡Aleluya! ¡Aleluya!) sépase que sueña con borbores de géiser. De lodo su recuerdo. Inútil perseguirla con una estrella delgada vigilante de amplia folletería en mercados y ferias. Mi corazón descifra su enigma: «Necesito más que nunca creer en mi padre con una hoz / segando la maleza y un candil de carburo. / Firme y tenaz».