Entonces Lázaro resucitó y era oso

Murió Tola titulaban la pasada semana muchos periódicos y no hacían falta más explicaciones, se sabía que era la hermana de Paca y que era una osa... En León hubo muchos con nombre propio: Lázaro, Salsero, Jimena

Fulgencio Fernández
23/01/2018
 Actualizado a 14/09/2019
paca-y-tola-osas-23118.jpg
paca-y-tola-osas-23118.jpg
"Murió Tola" titulaban la pasada semana muchos periódicos y —al menos para les gentes de Asturias y enLeón fronterizo con el Principado— no hacían falta más explicaciones, salvo para los muy jóvenes. Los lectores sabían de Tola, y su hermana Paca, como antes supieron de la osa Petra en la jaula del Parque San Francisco de Oviedo.

Paca y Tola eran las estrellas de La Senda del Oso en su Cercado de los Osos, una jaula de 4 hectáreas de terreno. Su vida parecía un guión triste de cine, en 1989 con cinco meses de vida estaban en una madriguera a muy pocos metros de su madre abatida por un cazador furtivo; después fueron abandonadas en el interior de un monasterio en ruinas del concejo de Tineo. Allí fueron descubiertas por otro cazador que avisó al Seprona y asíse convirtieron en estrellas mediáticas pues su vida estaba con frecuencia en los medios. Fueron a Huesca, regresaron a Asturias en 1996 y ya se quedaron allí al amparo de la Fundación Oso de Asturias (FOA). En 2004 pasaron cinco meses en el Parque de Cabárceno, mientras se reconstruía su cercado, y volvieron a ser carne de televisión de la mano del inefable Revilla. Veterinarios de la Facultad leonesa participaron con técnicos de Cabárceno en la elección del mejor ejemplar del parque cántabro para inseminar a Paca y Tola. También el elegido se hizo famoso, Furaco, y por más que Revilla aseguró que «no fallaría pues le iban a dar una dieta de anchoas y sobaos»... no hubo feliz alumbramiento en cautividad.
Por cierto, los nombres sonlos del cazador ‘bueno’, el que las salvo (Tola) y un miembro de las Fapas que las atendió al ser encontradas en el monasterio.

Y en estos mismos días del entierro de Tola un biólogo leonés, Manu González 'masquepájaros', ha finalizado un gran documental sobre el oso, y recuerda su larga relación con las gentes de sus entornos naturales.

De hecho hay varios casos de nombres propios que, como en el caso de Tola, no necesitarían más explicaciones para los leoneses ‘adultos’ en aquellas épocas. Por ejemplo: Salsero, Lázaro, Jimena... por no hablar de un oso «familiar» para muchos vecinos de Boñar, pues allí se conserva «el oso de la cacería de Pardomino». Alguna vez se ha escrito —por semejanza con la villa del oso y el madroño— la villa del oso y el negrillo. Salsero, Tony Clavenger, LázaroEl primer oso con nombre propio nos lleva a 1985 y lleva con su nombre otro no menos importante, el del gran biólogo Tony Clavenger. Así lo recordaba el profesor Purroy, de la ULE, otra autoridad incuestionable: «El 16 de octubre de 1985, en la campera de La Salsa, del robledal de Hormas, un lazo colocado por Tony Clevenger capturó un viejo oso macho, de 180 kilos de peso, pelo negro y hocico partido por las peleas del plantígrado. Aquel ejemplar, liberado con un radioemisor, hadado la mejor información sobre la ecología de esta especie en la Montaña Cantábrica.Un enorme dominio vital de 2.400 kilómetros cuadrados; una gran movilidad diaria, con noches, en el celo, en las que recorrió más de 75 kilómetros; y, una vida recoleta, en las hayas y robles de media ladera, lejos de pueblos y pistas, demostraron que la vida del oso era muy dura, en un hábitat de escasa calidad».Fue, como cuenta Purroy, una excelente captura para ir conociendo muchos detalles sobre su especie. Todavía estábamos siguiendo la ‘biografía’ de Salsero cuando aparece en escena un nuevo nombre propio: Lázaro, no es el nombre de quien lo encontró o lo curó... es el bíblico, el de aquel pasaje que le dicen «levántate y anda». Y resucitó.Eran los primeros días del histórico, por tantas cosas, año 1992. Los vecinos del pequeño pueblo de Polvoredo (en la montaña de Riaño) observaron el dificultoso caminar de un oso por sus montes y dieronla voz de alarma a los guardas de la Reserva.Desnutrido, enfermo, corría serio peligro de haber sido localizado ya excesivamente tarde por lo que fue capturado y trasladado a la Facultad de Veterinaria de León en un viaje que protagonizó varias portadas en prensa y no menos reportajes. «Si se levanta le pondremos Lázaro», dijo el Jefe de Especies Protegidas de la Junta y así se llamó por lo que se puede decir que sobrevivió y pudo utilizar sus extremidades superiores, las inferiores presentaban una artrosis irreversible. Tendría cerca de 20 años, rayaba la ancianidad, y murió poco después sin poder llegar a su jaula de oro en el zoo madrileño. Pese a su corta y dura historia su aportación a la ciencia no fue menor, pues despertó la esperanza de conectar las dos poblaciones oseras de León, Laciana y Riaño, pues los estudios genéticos confirmaron que pertenecía al núcleo occidental pese a ser localizado en el oriental. Y en Laciana (en verano de 2012) apareció Jimena, una osezna que también protagonizó portadas y reportajes. Una historia cargada de ternura pues esta cría fue localizada en la carretera que une Palacios del Sil con Villablino por un particular que la recogió y avisó de su hallazgo.Su imagen tierna (ver foto) tomó los telediarios, así como su traslado al Centro de Recuperación de Animales Silvestres de la Junta de Castilla y León en Burgos, donde siempre se pensó en reintegrarla a su medio natural.

Una patrulla de expertos buscó a su madre sin éxito ¿Abatida por algún furtivo? Se decidió después de varias semanas traerla a los mismos bosques donde fue encontrada, se montó un gran despliegue, con 14 expertos entre técnicos medioambientales, celadores y veterinarios. Ya estaban cerca de su destino cuando se detuvo la comitiva y al ir a ver cómo estaba... Jimena había fallecido, dejando como secuela una polémica sobre las causas de su muerte que la necropsia atribuyó a una «miopatía de captura», enfermedad asociada en animales salvajes a «estrés, ejercicios bruscos y violentos, transporte, así como a miedo intenso».
Lo más leído