En torno a lo cotidiano

El 8 de Serranos en colaboración con El cajón del arte exponen hasta el jueves una muestra colectiva con obras de seis artistas de las colecciones privadas que la segunda entidad mencionada gestiona

L.N.C.
11/12/2019
 Actualizado a 11/12/2019
La muestra inaugurada este martes en El 8 de Serranos refleja escenas presentes en entornos cotidianos. | SAÚL ARÉN
La muestra inaugurada este martes en El 8 de Serranos refleja escenas presentes en entornos cotidianos. | SAÚL ARÉN
La cotidianidad es el hilo conductor de esta nueva muestra, fruto de la colaboración entre El 8 de Serranos y El cajón del arte, que ha sido inaugurada este martes y que podrá visitarse hasta el jueves en horario de 10:30 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:30 horas.

En esta ocasión la propuesta consiste en presentar una selección de obras procedentes de las colecciones privadas gestionadas por El cajón del arte. Representan escenas presentes en los entornos cotidianos, bien sean escenas de la calle o bien de la vida privada, todas ellas contemporáneas al autor. Asistimos a una manifestación del arte que suele relegarse a un segundo plano, donde la inspiración se encuentra en lo que habitualmente nos rodea. En estos momentos generados por los hábitos y por las interacciones de las personas, quedan reflejados modos de vida y de pensamiento de cada época. En ocasiones se trata de la simple representación de la realidad con un propósito de mera distracción o anécdota -a veces incluso con sesgo cómico-, y en otras se busca una finalidad moralizante o didáctica a través de trasuntos cercanos al espectador.

Para esta exhibición se reúnen obras de varios artistas, creadas en diversas épocas y con distintas técnicas y formatos, nacidas a partir de la experiencia de cada autor con su entorno habitual. El recorrido por la exposición supone un continuo salto por diversos estilos. Así, José Gutiérrez Solana, bajo la influencia de las pinturas negras de Goya, refleja de manera subjetiva y pesimista oscuras atmósferas populares, con claro afán de crítica social: tabernas, rastros, procesiones, carnavales… En el caso de Juan Barjola se ha elegido la serie ‘Tauromaquia y destino. La muerte de Ignacio Sánchez Mejías (1980)’. Pintura de gran dureza, comprometida y de enorme fuerza plástica, representa un pasaje convulso de nuestra memoria colectiva sin adornos ni concesiones al sosiego. Del artista guipuzcoano Andrés Nagel, se presenta el ‘Cuarteto de cuerda nº4 de Mendelssohn’, considerada como la mejor serie de grabado de su producción. Una obra con una gran dosis de ironía pero que, al contrario que los dos artistas anteriores, no busca ningún tipo de crítica o mensaje, sino que parece erigirse en una oda a la belleza. Otro gran maestro del dibujo seleccionado para la muestra es Manuel Alcorlo, cuya pintura figurativa bebe de la herencia del surrealismo emparentada con la tradición esperpéntica española, aunque en su caso eclosiona con la dimensión más lúdica y festiva. Matías Quetglas, con unas composiciones inspiradas en la figura humana, se inclina por un aura onírica que lo sitúa a caballo entre el realismo mágico y el simbolismo, en unas obras ejecutadas con un virtuosismo que lo acercan al hiperrealismo.

La parte escultórica quedará representada por Julio López-Hernández, miembro destacado del reconocido grupo de los realistas madrileños. López-Hernández acudió siempre a temas cotidianos y familiares, en los que afloraba su personal lirismo, con el bronce como principal material de sus obras y otorgando gran importancia a las texturas.
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