Y es que después, en la tarea ordinaria, en el día a día, pasan desapercibidas acciones que, si bien para mucha gente puedan ser interpretadas como detalles sin importancia, para muchos otros esconden una normalización de estereotipos que profundizan en la desigualdad.
El Ayuntamiento de Ponferrada ha publicado una convocatoria y las bases para la selección de una plaza de ‘Limpiadora’, en la modalidad de Interinidad, de la plantilla de personal funcionario a jornada completa para el área de Deportes. ‘Limpiadora’, en femenino, dando por sentado, incluso en el lenguaje administrativo, que esa plaza de limpieza la ocupará una mujer, pese a que la concurrencia es abierta, según se desprende del posterior detalle de las bases.Unas bases que, aun así, contienen diversos errores de redacción, varios de ellos erratas de transcripción o grafía y otros vinculados directamente con el uso del lenguaje igualitario.
En la base Primera, habla de seleccionar “al aspirante con el/la que se ha de nombrar funcionario/a interino/a para la sustitución de la titular de la plaza ” que se encuentra en situación de Incapacidad Temporal, recogiendo esta vez los dos géneros de la palabra.
En las bases Cuarta, Quinta y Sexta habla con el artículo en masculino o en neutro de las “condiciones de los aspirantes” y de su forma y plazo para presentar las instancias.
Después, en la base Octava que trata sobre el procedimiento de selección, cita “candidado/a propuesto/a”, admitiendo también los dos géneros, por lo que parece no quedar justificado que la denominación de la plaza esté planteada solamente en femenino por algún motivo técnico o jurídico.
Pero choca también ver en la base Décima sobre la presentación de la documentación, quizá en otro intento de englobar a los dos géneros, que en un descuidado estilo de redacción se hable de “el aspirante/a”, cuando en realidad esa palabra, “aspiranta”, no existe. Debiendo ser el planteamiento correcto, si se quiere contemplar los dos géneros del término, “el/la aspirante” y no “el aspirante/a”.
Un cúmulo de errores o despistes que, sin embargo, la cadena burocrática de la administración no ha sido capaz a detectar. Desde quien hace la convocatoria, que es la Concejalía de Personal que dirige la jurista Amparo Vidal, hasta quien redacta las bases, las corrige, las supervisa o las firma, en este último caso la propia alcaldesa, Gloria Fernández Merayo, también jurista de profesión, parecen haber dado por buena la denominación de la plaza en femenino.
De ello subyace, de alguna manera, la asunción de que una persona que va a dedicarse a una plaza de limpieza de edificios, va a ser una mujer: el clásico estereotipo de ‘señora de la limpieza'. Quizá porque esta tarea es un oficio históricamente feminizado y que se percibe aún hoy día de ese modo, pese a toda la lucha social que existe contra estos planteamientos.
La Nueva Crónica intentó contactar con la edil responsable de Personal del Ayuntamiento de Ponferrada para obtener alguna posible explicación al respecto, pero no fue posible. Además, como no existe Relación de Puestos de Trabajo (RPT) en el Ayuntamiento de Ponferrada, elinstrumento técnico queutilizan lasadministraciones públicas para la organización de sus recursos humanos, es difícil precisar como consta legalmente esa plaza en la institución.
En otras convocatorias públicas recientes de distintas instituciones, este tipo de plazas se convocan como ‘Personal de Limpieza’ o en algunos casos ‘Limpiador/a’ en los dos géneros.
La convocatoria está actualmente vigente y el plazo de presentación de candidaturas está abierto hasta el viernes 6 de abril, según figura en el apartado ‘Ofertas de empleo’ de la página web del Ayuntamiento de Ponferrada.
Días atrás, el anuncio de esta plaza levantó algunas quejas que se plasmaron a través de redes sociales, ya que de inicio se daban cinco días naturales de plazo para presentar concurrencia, a partir del pasado jueves 29 de marzo, Jueves Santo. Y por tanto, de esos cinco días, tres eran inhábiles administrativamente, Viernes Santo, festivo, y los siguientes sábado y domingo.
Pero al margen de los plazos, que ahora vencen el día 6 de abril, parece extraño que en plena efervescencia de la reclamación de igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres, las instituciones, como es el caso del Ayuntamiento de Ponferrada, que debería ser un ejemplo y modelo de pulcritud en el uso del lenguaje de género, maneje todavía este tipo de planteamientos que no hacen sino ahondar en la brecha que impide alcanzar la buscada y necesaria igualdad. Por mucho que haya a quien le parezca solamente cuestión de poner o quitar una simple letra.
