"En la Semana Santa la mujer tiene el papel que decide tener"

Smara Morala, manola desde hace más de dos décadas, asegura que la Pasión es "corazón, sentimiento y hermandad"

Rosa Álvarez
18/04/2019
 Actualizado a 18/09/2019
Smara Morala Prieto es manola en la Semana Santa desde hace más de dos décadas. | L.N.C.
Smara Morala Prieto es manola en la Semana Santa desde hace más de dos décadas. | L.N.C.
Cada Semana Santa cumple con el mismo ritual. Smara Morala se viste de riguroso luto, con tacón alto, vestido a la rodilla, media, guantes y mantilla, la prenda fundamental, la que ‘corona’ un atuendo que la convierte en parte de un grupo, el de las manolas que salen cada año en procesión y que acompañan al paso por el que sienten devoción. Lo lleva haciendo más de dos décadas, desde que en Valencia de Don Juan le propusieron que compusiera una saeta a La Virgen. La escribió, la cantó y, en ese momento, reconoce con orgullo que decidió que «mientras tuviera fuerzas» seguiría al lado de La Virgen, arropando su salida y compartiendo recorrido con «amigos» que procesionan junto a ella, aunque «con su propio sentimiento y motivación».

Esta abogada leonesa –que pregonó este año la Semana Santa coyantina– visitó ayer los estudios de Cope León para participar en el espacio Entre Nosotras, que se emite cada miércoles en colaboración con La Nueva Crónica. En él aseguró que «la Semana Santa es Pasión, es corazón, sentimiento y hermandad». Por ello, consideró «un honor» haber podido anunciar el inicio de la de su pueblo, Valencia de Don Juan, durante una jornada que «fue muy emocionante».

Además, explicó que las manolas no tienen una función asignada más allá que la de «acompañar a su paso, al que tenga para ellas un significado especial por el motivo que sea». De hecho, pueden ser uno o varios y para salir no hace falta formar parte de una cofradía o hermandad, sino sumarse al cortejo con respeto y acatando un código de vestimenta que lleva la «elegancia» impresa. «Una manola es una señora, una mujer muy elegante. Cualquiera que vaya a un evento y se ponga una mantilla va a ser una mujer muy elegante porque la propia prenda lo es. Es delicada y pesa, por lo que también hay que entrenar un poquito para saber llevarla», aconsejó. No obstante, la experiencia merece tanto la pena que aseguró que anima a todo el mundo «a que se ponga la mantilla al menos una vez en la vida».

Smara Morala reconoció no saber cuántas manolas pueden llegar a salir cada año en las procesiones leonesas, pero sí que afirmó, sin lugar a dudas, que son «muchísimas» y que este no es, además, –y desde hace muchos años– el único papel asignado a las mujeres dentro de la Semana Santa de León. Según dijo, desde que tiene «uso de razón» los hombres y las mujeres han compartido espacio durante la Pasión y, a día de hoy «yo creo que hacemos lo que queremos y lo que nos proponemos lo conseguimos. Las mujeres pujan, acompañan, o no pujan y no acompañan. Eso lo decide cada una. En la Semana Santa la mujer tiene el papel que decide tener».

También se refirió –en esta ocasión fuera de micro por falta de tiempo– a la imagen de una manola (de la pierna de una de ellas) que ilustró un programa y desató la polémica, siendo tachado de «machista» semanas atrás.«La imagen es finísima, está hecha con mucho gusto y no veo que haya nada malo que decir», defendió.

Otro de los puntos en los que hizo hincapié fue en la duración real de la Pasión, que va mucho más allá de los diez días que tiene asignados en el calendario. En ellos, dijo, es cuando «explotamos y más sentimos» pero el resto del año tiene también importancia, ya que es en él en el que se prepara «ese procesionar. «Durante 365 días –los que quedan fuera de la decena que abarca la Semana Santa– pasan muchas cosas, se va gente, nacen personas, cambian vidas, en algunos casos hay enfermedades y lo que realmente pasa para mí en esos 356 días es la verdadera razón de mi pocesión», concluyó.
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