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En la línea de salida

18/10/2020
 Actualizado a 18/10/2020
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El futuro próximo del Partido Popular de León se mueve entre bastidores y al margen de los focos mediáticos. Por el momento. Cuando menos se espere, saltará la libre. Y aunque impere el silencio colectivo –que en el fondo es una pura filfa tal situación– se palpa una tensa y agudizada calma sobre el escenario y bajo el proscenio de la organización política. ¿Se acabarán, quizá, las fantasías de ciertos personajes? Es posible. La realidad de aquí a unos meses podría ser demoledora. Para algunos, claro. Sin embargo, y como parte del manoseado libreto de las conspiraciones, no por ello dejan de producirse movimientos subrepticios de unos y otros para cuando llegue la hora de la verdad. Los aspirantes a coger el poder están ojo avizor. Se vigilan.

No obstante, y a pesar de que (aún) no se haya hecho público, Juan Martínez Majo, el actual patrón del PP, quiere seguir anclado en el puesto de mando. Tampoco es un secreto de confesionario. Por si vienen mal dadas, que nunca se sabe. Por ahora cuenta con el respaldo de Fernández Mañueco, el ‘amo’ regional de los populares, y eso le da oxígeno y cierta tranquilidad. Más tarde se verá. Tiene a su lado, para llevar a cabo la misión de seguir a las órdenes de Valladolid, a la exsenadora Esther Muñoz –la del famoso osario de los represaliados republicanos– que se mueve en la ciudad castellana como pez en el agua. Está protegida por Mañueco.

Y por los pasillos –o por las ‘inmediaciones’– de la sede del PP, junto al río, también se ve a Silván. Es otra de sus aspiraciones: manejar el partido. Y nada mejor que ordenar desde un cómodo despacho para no perder pie. Oro bajo y a esperar, que las legislaturas pasan a la velocidad del rayo. En esa línea, sigue buscando los avales de Génova para dar la vuelta a la tortilla, que se le empezaba a quemar por uno de los lados. A su vera, cual fiel escudero y hombre de confianza, David Fernández, el fallido secretario, quien, de continuar igual las cosas, sin sustanciarse, acabará creyendo en brujas. Y en el mal fario. Tamaña creencia no le chirriaría.

Y la tercera vía en juego y con posibilidades –es probable la existencia de una cuarta, con salida en la montaña y meta volante en el alfoz ‘molinero’ de la capital leonesa– ya se sabe que es Javier Santiago Vélez, el senador y alcalde de Almanza, quien está dispuesto a dar la batalla por mucho que le toquen los costados. Se sobrepone a los obstáculos y a las zancadillas. Tanto Majo como Silván recelan de él. Y mucho.

Por cierto: «La única manera de no tener enemigos sería no opinar, vivir una existencia escurridiza y anodina, algo para mí impensable. Nunca busco enemigos, me salen. (Mario Vargas Llosa en 2006)». Sabia reflexión.
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