Emprendedores sí, pero no en León

David y Alberto, leoneses de origen pero trabajando en Madrid, cuentan su experiencia

María Espinosa
10/09/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Alberto Alonso y David Gutiérrez, dos emprendedores fuera de León. | L.N.C.
Alberto Alonso y David Gutiérrez, dos emprendedores fuera de León. | L.N.C.
Emprender es un negocio peligroso, complejo y que conlleva una gran responsabilidad. Si se habla de abrir una empresa propia, la realidad impide que hacerlo en León sea un sueño alcanzable. Por eso, muchos leoneses tienen que salir de su hogar para poder cumplir su sueño. Es el caso de Alberto Alonso y de David Gutiérrez, dos emprendedores leoneses que tienen sus negocios y residen en Madrid.

El Ingrediente es un restaurante de Madrid regentado por David Gutiérrez y sus tres socios, que abrió «hace casi dos años». ¿El motivo? Seguir un sueño y la pasión por cocinar. «Me encanta cocinar, es mi pasión», explica David quien se arriesgó y, a pesar de haber estudiado «Derecho y ADE, habiendo trabajado en Londres y con trabajo en Madrid como auditor, lo dejé todo para convertirme en cocinero». Emprender no siempre es fácil, pero si se trata de abrir un restaurante en León, jóvenes como David lo ven «muy complicado». «León es el único sitio del mundo donde se come gratis, la gente puede irse de tapas y cenar por diez euros en vez de ir a un restaurante y pagar más», cuenta, y admite que «en Madrid es más sencillo abrir un restaurante, la gente sale mucho a cenar y no hay tapeo».

A pesar del modelo leonés de hostelería, David habla de otros ámbitos profesionales, en los que lamenta que en León «faltan oportunidades». «Cuando acabé la carrera sabía que no iba a poder trabajar allí; eché currículums en todas las empresas que había y nada», lamenta. «Encontrar trabajo en Madrid fue difícil, pero al menos tenía entrevistas y había oportunidades, y al final lo encontré», relata. En la falta de empleo, además de la situación económica , entran en juego otros factores. «En León hay muchos becarios, y cuando se les acaba cogen a otro en vez de contratar a alguien, en Madrid, en general, si eres bueno y estás de becario te contratan», cuenta el cocinero leonés.

Cuando decidió junto a sus socios abrir El Ingrediente «no hubo a penas dificultades administrativas, una vez que tuvimos el dinero y el local pudimos abrir en 15 días», reconoce. Aunque confiesa que «es raro poder abrir tan rápido un negocio». También apunta a que «lo complicado no es emprender o abrir un negocio, es mantenerse». En su local, David y sus socios ofrecen «comida rica, diferente, de calidad y a un precio razonable». Y buscan que la gente «coman bien y se divierta». Tras haberlo dejado todo y lanzarse al vacío para cumplir su sueño, afirma que «lo haría otra vez». «Me ha cambiado la vida, y animaría siempre a la gente a perseguir sus sueños, porque si no lo haces te acabas arrepintiendo», afirma.

El mundo audiovisual puede ser muy complejo. Esto lo conoce de primera mano Alberto Alonso, leonés que creó una productora en Madrid, Fracture Films, con varios socios. «Nos dedicamos a la creación de contenido audiovisual de todo tipo. Sobre todo, funcionamos con músicos de Madrid, del mundo de la farándula», explica. Tener contactos es básico en este mundo y Fracture Films cuenta con una pieza clave. «Una de las socias es Andrea Silván, fotógrafa oficial de La Fuga y una gran profesional muy importante en Madrid», cuenta Alberto y recalca la importancia de los contactos y las oportunidades que han tenido. «Estamos trabajando con gente que nunca me hubiese esperado, grupos como M-Clan o Leiva. Y festivales importantes como el Montgorock o el Arenal Sound. Nos están abriendo muchas puertas», dice. Además de trabajar con grupos relevantes, Alberto comenta la suerte de poder trabajar con grupos más pequeños. «Hay un submundo del rock and roll en Madrid que es amplio y maravilloso. Conoces a los grupos y eso no tiene precio», confiesa.

La posibilidad del negocio de Alberto en León es «imposible» y opina que en la provincia «falta gente y empresas». «A mi me encantaría trabajar y vivir en León, pero lo veo imposible, al menos en lo mío. Veo cómo la gente se marcha porque no les queda otra», lamenta.

Cuando se planteó emprender, Alberto acababa de terminar unas prácticas de la carrera. «Después de estudiar en Salamanca, me fui a Madrid a hacer prácticas. Cuando las acabé y vi que no contrataban decidí aprovechar todos los conocimientos que había adquirido. Comencé a grabar con un amigo conciertos pequeños y así hasta que nos juntamos varios socios y creamos Fracture Films», explica.

Coincide con su amigo David en que «emprender es fácil, y más si tienes un producto bueno y competitivo». «Nosotros, además de ofrecer un buen trabajo, somos inquietos, nos relacionamos con los clientes y eso les gusta», incide.

A pesar de que le encanta su trabajo, Alberto sabe que conlleva un gran nivel de inestabilidad. «Te hace tener que sacarte las castañas del fuego y buscar la forma de que salgan proyectos. Para mí es el caos perfecto porque te hace ser creativo y espabilar y mantenerte siempre activo», describe el leonés.

Ni David ni Alberto se arrepienten de seguir su pasión. Estos jóvenes han hecho algo que no es fácil, apostar por sí mismos y su futuro, aunque, como otros tantos leoneses, hayan tenido que dejar su hogar para lograrlo.
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