El túnel del Sastre

Santiago Macías nos acerca al refugio y la historia de Gilberto Cuadrado, ‘El Sastre’

Fulgencio Fernández
08/03/2021
 Actualizado a 08/03/2021
‘El túnel del sastre’ desde el interior, una infraestructura romana en Pombriego en la que se refugió en 1936 Gilberto Cuadrado Soto. | AGUSTÍN LÓPEZ BEDOYA
‘El túnel del sastre’ desde el interior, una infraestructura romana en Pombriego en la que se refugió en 1936 Gilberto Cuadrado Soto. | AGUSTÍN LÓPEZ BEDOYA
El berciano Santiago Macías, escritor, historiador, decidió muy pronto ponerse del lado de los más débiles, de los perseguidos y los olvidados, y encaminó sus pasos a estudiar, a conocer, a devolver la dignidad de quienes habían estado muchas décadas en el olvido, en las cunetas...

Sacar de las cunetas a los represaliados le llevó a ser uno de los fundadores de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) a raíz de aquel primer paso que fue exhumar a «los trece de Priaranza». Muchos de los que permanecen en las cunetas habían sido miembros de la guerrilla, de los huidos o maquis, los del monte que decían en los pueblos. Y así fue acumulando datos, fechas, consejos de guerra, historias —con muchas horas leyendo legajos en el Archivo Militar del Ferrol— que buena parte de ellas están integradas en las páginasde un libro de referencia sobre el maquis en el Bierzo y la Cabrera, con especial dedicación al más histórico y legendario de ellos, Manuel Girón, sobre cuya biografía fue apuntando numerosos aspectos desconocidos en las sucesivas ediciones de un libro que ha tenido una excelente acogida, El monte o la muerte, que ha ido acercando en numerosos actos a un buen número de las localidades en las que los protagonistas del libro habían estado o habían nacido en ellas, en muchas ocasiones.

El monte o la muerte es , además de un libro de historias, una novela de historias reales. Con estos ‘antecedentes’ era lógico pensar que Santiago Macías iba a elegir para «su tesoro» que enseñarnos uno de estos lugares y vinculado a alguna de estas biografías.- ¿Dónde vamos?- A El túnel del Sastre.Esta el lugar en las inmediaciones de Pombriego, un lugar cargado de historia y hasta magia, con la magnífica Ferraría —tristemente cerrada—, los canales romanos, el resistente ciprés, el árbol del amor... y personajes como Marzán, historia viva de la comarca.Nos cuenta Santiago Macías que este «túnel de El Sastre» nos remite, además del lugar, a la historia de quien le da nombre a lo que fue un viejo canal romano, excavado en la roca, pero ‘rebautizado’cuando Gilberto Cuadrado Soto se refugió allí. Un joven que debía su apodo a su futura profesión pues, decía el requerimiento emitido contra él por el Juzgado de Ponferrada: «De 27 años de edad, soltero, jornalero y aprendiz de sastre. Natural de Carucedo, de estatura normal, pelo y ojos castaños, color de cutis sano...».Recuerdo del SastreSantiago Macías recuerda cómo conoció esta historia vinculada al túnel hasta el que nos acerca. «Conocí el lugar hace años, pero no dejo de conmoverme en cada visita al conocido como ‘túnel del Sastre’, en las cercanías de Pombriego. Se trata de una infraestructura que formaba parte de la red hidráulica construida en época del imperio romano para conducir agua desde el río Cabrera hasta las explotaciones auríferas de Las Médulas».Y el sastre era «Gilberto Cuadrado Soto, simpatizante republicano, aprendiz de sastre y vecino de Carucedo, y en aquel túnel quiso dejar constancia de su estancia desde el verano de 1936 pues impresiona su perfecta caligrafía, en letras grandes y mayúsculas, labradas por alguien con cierta capacidad artística en la época». ¿Cómo llegó hasta allí?; Macías reconstruyó su biografía: «Gilberto tuvo que abandonar su pueblo y su trabajo para convivir con el terror, el hambre, el frío y en última instancia, la muerte; la suya tuvo lugar muy lejos de allí, en el país vecino, sometido en aquel tiempo por otro enemigo declarado de la Democracia, Oliveira Salazar».

Había salido Gilberto de España pero parece que no eligió el mejor destino para estar a salvo, al menos eso refleja su triste destino y desenlace: «Finalizada la guerra civil y sin esperanza alguna, varios grupos de huidos bercianos, asturianos y ourensanos intentaron salir hacia Oporto. Una de las expediciones, de la que formaba parte Gilberto y cuatro de sus compañeros, optó por dirigirse a la ciudad lusa por carretera; pero el vehículo en el que viajaban fue interceptado por la policía portuguesa en Frades, muy cerca de Vinhais, iniciándose un tiroteo que se saldó con un muerto y dos heridos entre las fuerzas lusas; por parte de los huidos españoles, el amanecer del 12 de agosto de 1940 fue el último que vio con vida a Gilberto Cuadrado Soto, aquel joven aprendiz de sastre de Carucedo».

Hasta su refugio en Pombriego nos invita a ir Santiago Macías pues, explica, «quiero recordar su nombre en letras grandes, mayúsculas, como aquellas que dejó grabadas en el túnel de Pombriego que fue su refugio clandestino.»
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