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El sueño estropiciado del divino Florentino

02/05/2021
 Actualizado a 02/05/2021
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El fútbol no podía ser una excepción dentro del ámbito social de elitismo y egoísmo en el que vivimos. Si en vez de ganar seis ganas solo dos, no dices que has ganado dos sino que has perdido cuatro. Los ricos no se cansan de enriquecerse y los pobres aumentan y están cada vezmás empobrecidos, quedando la clase media a dos velas. La cosa se ha complicado por motivo de una pandemia que ha obligado a los clubs de fútbol a cerrar al público sus estadios. A falta de ingresos, ha habido que rebajar sueldos y no poder hacer nuevas altas de jugadores. Antes del Covid-19 se invertía en fichajes cantidades escandalosas de dinero, cuando lo ético sería reducir gastos. Pero no. Hay que montar nuevos formatos para poder embolsar más dinero y seguir pagando grandes sumas por jugadores que resultan un agravio comparativo para el resto de trabajadores.

Un modelo de afán capitalista es el empresario y presidente del Real Madrid Florentino Pérez. Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales del club, ya afirmó que su amo y señor es un «ser superior». Una especie de sumo hacedor o rey Midas de los negocios por convertir en oro todo lo que toca.

Estando el Real Madrid en difícil situación económica, sobrevino Florentino como un Mesías salvador con el asunto de las torres gemelas madrileñas. Éstas se construyeron sobre los terrenos de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, recalificados gracias al apoyo mayoritario del arco político municipal presidido por el alcaldeÁlvarez del Manzano.

Luego hubo de solucionar Florentino, como mayor accionista de la empresa ACS, el problema de la avería de Bertha,lamayor tuneladora del mundo, que operaba en Seatle y ya lo había hecho en la M-30.

Es evidente que lo que más le importa a Florentino es el dinero. Mientras los goles son cosa de los jugadores, Florentino se encarga de los ‘pelotazos’. Aparte de sus éxitos como empresario y como presidente del club de fútbol más laureado del mundo, cuando el Real Madrid se quedó sin entrenador, en el ansia de buscar, a toda pastilla, un sustituto, le importó un pimiento la selección española que jugaba en Rusia el campeonato del mundo. Fracasados varios intentos de fichaje, a Florentino se le antojó Julen Lopetegui, seleccionador que tenía ya acordado un compromiso de dos años con la Federación Española de Fútbol.

La aureola de Florentino acaba de nublarse al estropeársele su ensueño de la superliga como la única maniobra salvadora de un fútbol «que se hunde en la miseria». El anhelo de una nueva competición, con un claro desafío a la Uefa y la necesidad de obtener dinero, se aceleró tras haber dejado de ingresar en caja varios millones de euros. Florentino se unió a 11 grandes equipos europeos para firmar un documento de compromiso liguero, después de haberse conseguido un crédito de JP Morgan Chase de 3.000 millones y pico de euros, a devolver en 24 años. Pero merced a una fuerte presión de políticos, aficionados, jugadores y entrenadores, la superliga de los 12 apóstoles futboleros se ha ido al garete en 48 horas. Primero ingleses y luego italianos han de dejado al gran Florentino superfrito y esposado, de momento, al Barcelona, que ya tiene gracia la cosa.

Después de oír a Florentino en el programa ‘El larguero’, de la SER, me ha venido a la memoria la finta, no solo de un hábil jugador, sino de todo un tipo imperial. Tras lo escuchado, Florentino me recuerda a Nerón, por aquello que el emperador romano, al sorprenderle su mujer encima de una romana, dijo que se estaba pesando.
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