El sol sale para todos

Con la jornada electoral de ayer, que le obligó a llevar a su mesa tres o cuatro papeletas de la docena de sobres que recibió en su domicilio en las dos últimas semanas –alguna hasta dos o tres veces, con el gasto de papel que supone–, terminó una campaña que comenzó con las generales y finaliza con las municipales, las más cercanas a usted y las que posiblemente más le preocupen si su nombre iba impreso en alguna de ellas.

Si es un ciudadano más, supongo que ya tuviera muchas ganas de terminar con la cantinela de los partidos pidiendo su apoyo de la manera más inverosímil posible. Sobre todo si es de los que tienen pensado el voto mucho antes de que comience la campaña electoral y no necesita que nadie le presente ni sus propuestas de futuro ni sus avales de gestión realizada ni las razones para castigar al contrincante. Le entiendo perfectamente.

Y también sobre todo si en su pueblo se da aquello de ‘Pueblo pequeño infierno grande’ que el refranero español explica con pocas palabras lo que se da en tantos lugares de nuestra provincia, incluso en aquellos momentos en lso que toca elegir y repartir cargos entre los que de verdad lo hacen por amor al arte, quienes no conocen otra cosa que estar en política y los que quieren probar suerte en busca de una solución para los próximos cuatro años.

Ese inconveniente es lo que provoca campañas tensas y sucias sin más ánimo que contaminar el ambiente y, con toda la seguridad del mundo, quitarle votos a aquel a quien pretende encumbrar pero termina por condenar. Se ha dado en varios casos que conozco de cerca y a pesar de que no pude evitar dar mi opinión –en privado, eso sí– sobre alguno de los que presuntamente pretendían ayudar en la campaña, ayer las urnas lo dejaron claro.

En cualquier caso, como decía un profesor que tuve y que nunca sancionó a quien no llevaba los deberes hechos porque en lo de dar oportunidades no había otro como él, habrá comprobado que hoy el sol ha salido para todos. Para los que fueron en una lista por hacer un favor a un amigo y para los que tienen ahí un modo de vida.