El renovado Hostal de San Marcos visto por sus trabajadores

Una construcción tan histórica como San Marcos ha logrado, gracias a esta reforma, adaptarse a los mejores estándares del siglo XXI

L.N.C.
30/12/2020
 Actualizado a 30/12/2020
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Sonia Fernández es recepcionista del Hostal de San Marcos y forma parte de la familia de Paradores desde hace 28 años. “Me gusta todo. San Marcos ya era un edificio emblemático, pero ahora es además un hotel diferente y exclusivo”. Un ejemplo de ese carácter único lo encontramos en la recepción, donde se han encontrado unos restos del siglo XV que se pueden ver a través de un cristal. “En pocos hoteles del mundo puedes estar sobre unos sarcófagos mientras te registras. Además, ahora tiene luz natural y eso lo agradecemos mucho. Y la atención al cliente ha mejorado mucho porque el espacio es mucho más amplio y sin muros”. Pero la zona que Sonia cree que más va a llamar la atención de los clientes y visitantes es el nuevo atrio. “Al estar tan alto el mural de Lucio Muñoz y con luz natural, parece diferente. Es impresionante”. También le gusta mucho el lugar que se ha escogido para la mayoría de las obras de arte, en pasillos y zonas comunes, “para que todos los clientes las puedan disfrutar”. “El cliente se siente como en un museo. Se ha combinado perfectamente la colección de arte con el edificio”, asegura. Una construcción tan histórica como San Marcos ha logrado, gracias a esta reforma, adaptarse a los mejores estándares del siglo XXI. “Todas las instalaciones se han modernizado para que el cliente esté lo más a gusto posible. Calefacción, luces, tecnología… Además, los cambios nos hacen más cómodo el trabajo”, reconoce Sonia. Unos cambios que también disfruta la parte del equipo de Paradores que tiene que limpiar las habitaciones. “Nos ayuda mucho que el equipamiento sea menos enrevesado y los materiales, más fáciles de limpiar. La tarea te luce más”. Ana Poveda es gobernanta y lleva 18 años trabajando en el Parador. “Teníamos un establecimiento muy envejecido. Las habitaciones han mejorado muchísimo: son más espaciosas, la decoración es más bonita y los baños, mucho más confortables”, reconoce. Además, destaca que “las ventanas antes daban muchos problemas y ahora tenemos unas contraventanas fantásticas que evitan que entre el frío y la luz”. También se ha ganado espacio en la recepción, donde Ana recuerda ver a “muchos clientes que hacían cola en la entrada principal porque la de antes era muy pequeñita”.

Otra de las zonas en las que más se disfruta de la reforma es en el restaurante. “El comedor es más amplio y tiene mucha más luminosidad. Nuestro servicio es más ágil y efectivo”, asegura Óscar García, segundo maître y mano derecha del chef Agapito Cristóbal. Lleva 23 años trabajando en San Marcos y reconoce que las nuevas instalaciones son “muy cómodas, tanto para los clientes como para los trabajadores”.

La reapertura se ha aprovechado también para actualizar la carta, que mantiene las pautas de cocina regional y productos de la zona, como la carne de vacuno, la cecina, las verduras o las legumbres. “Las patatas con congrio están teniendo muy buena aceptación”, reconoce Óscar. “Además, hacemos a diario el lechazo asado al estilo tradicional. Y los que prefieran pescado, tenemos bacalao confitado con pimientos del Bierzo”. En la carta de vinos asegura que siguen siendo “defensores de la región”, con denominaciones de origen como León o Bierzo.

Los tres miembros del equipo de Paradores animan a los leoneses a visitar el nuevo San Marcos. “Que vengan a verlo, que es suyo”, recuerda Ana Poveda. En el restaurante, Óscar asegura que están teniendo “muy buena aceptación” y que los clientes salen muy satisfechos con los nuevos platos. Sonia Fernández está convencida de que “van a salir encantados”. “Los clientes que nos han visitado estos días nos dicen que la estancia es única gracias a las nuevas instalaciones y al equipo de Paradores”.
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