El puerto de Pajares vuelve unir León con Asturias

Una semana después de la llegada de la ‘nueva normalidad’ que permitió la apertura de la frontera entre León y Asturias, la Casa Maragato de Busdongo recupera por fin a sus clientes

Ical
28/06/2020
 Actualizado a 28/06/2020
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Cuatro minutos en coche, o lo que es lo mismo, 4,6 kilómetros, son los que separan la localidad leonesa de Busdongo con el puerto de Pajares, límite natural con Asturias y que ejerce de puente entre ambos territorios para todos aquellos que prefieren las curvas a pagar el peaje de la autopista AP-66 para desplazarse hasta el Principado.

Es precisamente en Busdongo, uno de los últimos pueblos leoneses en dirección a la provincia vecina, donde se encuentra una parte de la historia y la cultura popular de León: Casa Maragato. Un bar con cinco generaciones de Del Campo a sus espaldas en el que todo buen leonés, particularmente de la montaña, ha parado a que Juan y Tere les sirvan una cerveza, un vino o les corten un poco de embutido.

Una tradición que se hace más férrea en el caso de los asturianos. Pocos serán los que en su frecuente paso a León, no han parado alguna vez en el bar que, según recuerda su actual propietaria, Teresa del Campo, Tere para sus clientes, “hasta que el llegó el COVID-19 tan solo había cerrado durante la Guerra Civil”.

En cuanto se permitió la reapertura de los bares, Tere y Juan volvieron a abrir las puertas del rincón de tradición de ostentan, pero notaban que no todo funcionaba como siempre, que les faltaba mucha gente, toda esa gente asturiana que hacía su parada en el camino y que, debido a que aún se encontraban cerradas las fronteras entre comunidades autónomas, no podían ir a visitarles. “Asturias es para nosotros el medio de vida, más que León, por supuesto”, afirma Tere.Sin embargo, llegó el domingo 21 de junio, en el que se ponía fin al estado de alarma y se iniciaba la llamada ‘nueva normalidad’ en la que se podía circular libremente por las carreteras españolas. “Desde que permitieron abrir los bares hasta el 21 que no se podía pasar libremente de provincia, había muy poco trabajo, casi nadie paraba, pero a partir de ese día, que llegó la ‘nueva normalidad’, se volvió a la vida”, recuerda la propietaria de Casa Maragato, el bar que “al estar justo al lado de Asturias, te pilla de paso”.Ahora, siete días después de la apertura del paso entre León y Asturias, Tere reconoce que “de no haber nada, de repente se ha pasado a haber mucho”, como ocurrió el pasado miércoles, día de San Juan, en el que “hubo muchísima gente, al ser fiesta en León, que se iba a Asturias, a lo que se sumó la gran idea de Ikea de hacer un día para los leoneses”.Una ‘nueva normalidad’ que para Casa Maragato ha llegado en el verano, “que sin lugar a dudas es la mejor época del año, cuando más gente hay”, aunque, debido a “lo extraño que es todo”, para Tere “es muy difícil calcular” si hay más o menos gente que en similares fechas de años anteriores.AdaptaciónLas adaptaciones de los locales impuestas dentro de la crisis sanitaria para garantizar la seguridad a sus clientes también afectaron, como no podía ser de otra forma, al clásico Bar Casa Maragato. “Hasta hace unos días teníamos las banquetas separadas porque no teníamos barra, ahora las hemos quitado ya. En las mesas quitamos banquetas para dejar espacio para pasar al baño. Además, antes tampoco teníamos servicio a mesa y ahora se sirve en ella”, explica su propietaria.

Unos momentos iniciales en el proceso de desescalada para llegar a esta ‘nueva normalidad’ en los que Tere recuerda que la gente “llegaba, se paraba a la puerta y te preguntaban dónde iban o dónde tenían que ir”, mientras que “ahora la gente ya perdió el pudor una vez que abrimos la barra”. Aún así, es la propia Tere quien organiza dónde colocar a los grupos de clientes “para dejar distancia de seguridad entre ellos”, aunque reconoce que “es muy complicado”

Una gente, su clientela habitual, que “viene como venía antes y quiere es que le pongas el embutido en el papel y que se lo lleve a la mesa”, y que, “como ahora todo es muy raro, les pones una bandeja y te dicen que no, que lo quieren como siempre”.

Gente de siempre que quieren las cosas como siempre en su bar de siempre, y que pasan fronteras para acudir, con las ganas de quien regresa al hogar, a Casa Maragato, para que la sonrisa de Tere y las bromas de Juan les lleven, por fin, a la ‘nueva normalidad’.

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