El patrimonio en peligro

La Cueva de San Martín, en Villamoros de las Regueras ha sido incluida en la lisa roja del patrimonio que la elabora la asociación Hispania Nostra de más de 1.100 monumentos

L.N.C.
30/08/2022
 Actualizado a 30/08/2022
Estado actual de la abertura de la cueva por la que se realizaba el acceso a la excavación en Villamoros de las Regueras. | L.N.C.
Estado actual de la abertura de la cueva por la que se realizaba el acceso a la excavación en Villamoros de las Regueras. | L.N.C.
La Cueva de San Martín situada en Villamoros de las Regueras  ha pasado prácticamente desapercibida ante los ojos de cualquier persona que no conociese su ubicación exacta debido a la configuración irregular del terreno, así como la abundante y punzante vegetación espontánea que dificulta su visión desde cualquier punto.

Por su pésimo estado de conservación,  acaba de ser incluida en la lista roja del patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra que recoge más de 1.100 monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.

En el año 2018, el Ayuntamiento de Villaquilambre decidió facilitar el acceso a la excavación desde el llano mediante la creación de una escalera excavada en la propia arcilla y la instalación de una soga a lo largo de ella que actúa como barandilla, quitamiedos y, en la parte superior limita el espacio exterior de la cueva, facilitando así su contemplación. Pero, lamentablemente, los peldaños excavados en el suelo han sufrido una erosión tanto física como por la acción del ser humano. Actualmente, se ha transformado en una pendiente.

La referencia documental más antigua de esta cavidad se encuentra en el archivo de la Catedral de León, en un documento fechado en el 3 de julio del año 990. A partir de entonces, las alusiones que a esta iglesia excavada se le hacen en la documentación medieval conservada son abundantes. Se puede decir que es uno de los pocos casos de arquitectura excavada en la Edad Media de la que se tiene tanta documentación sobre la misma.

Se trata de la única iglesia excavada durante la Edad Media. El ingreso a la estancia se realiza a través de un agujero  que presenta una abertura total de 3,28 metros de ancho. El espacio interior está formado por una pequeña nave longitudinal y un ábside semicircular, que mantienen una comunicación a través de un maltrecho arco de tipología  desconocida. La cubierta de ambos espacios presenta formas abovedadas, asemejándose la de la nave a una bóveda carpanel y la del presbiterio a una de horno. La morfología del arco es imprecisa, no solo por encontrarse excesivamente sumergido en los sedimentos arcillosos, sino también por sufrir una gran erosión en sus partes visibles.

La iglesia era propiedad de la reina Teresa Ansúrez, mujer de Sancho I y estaba gestionada por su mayordomo.
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