El oro rojo, "todos lo tenemos y salva vidas"

Alberto, Mónica y Angélica, tres historias para animar a seguir donando sangre en verano y poder mantener las reservas

Noemí Carpintero
07/08/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Tiene pánico a las agujas, pero es muy consciente de la importancia de donar. | SAÚL ARÉN
Tiene pánico a las agujas, pero es muy consciente de la importancia de donar. | SAÚL ARÉN
“A la gente le gusta donar, se sienten muy a gusto con lo que acaban de conseguir, dicen siempre al salir de la sala. No hacen falta hacer grandes esfuerzos, gastarse grandiosas cantidades de dinero o hacer cosas exóticas para ayudar, aquí solo damos dos pinchazos”, cuenta el médico Fabián García.

Tres historias de vida. Las de tres donantes que, por devolver un favor, continuar el ejemplo familiar o por la enfermedad de un hijo, acuden a la segunda planta del centro de salud José Aguado a dar cinco minutos de su tiempo junto a algo menos de medio litro de sangre. Alberto, Mónica y Angélica, sentados a la espera de su turno para donar o, gasa y refresco en mano, tras haberlo hecho, cuentan los motivos que les han llevado allí.

Alberto
dona desde hace más de 20 años, cuando siendo adolescente sufrió un accidente de tráfico y necesitó de una transfusión sanguínea. Desde que esa fecha quedó marcada en su calendario, Alberto es un donante habitual y busca dar a los demás lo que a él le dieron cuando lo necesitó. Acude tranquilo al centro de hemodonación cuatro veces al año, consciente de su labor y agradecido por cuando fue él quien lo recibió.

Mónica
dona “por costumbre” desde que cumplió la mayoría de edad. Desde pequeña, Mónica siempre veía a sus padres hacerlo y, siguiendo el buen ejemplo familiar, se animó a acudir al centro de salud y hacerse donante, pudiendo contribuir de forma sencilla a salvar vidas.

Angélica
cuenta la historia más especial. Es su primera vez como donante y acude al centro de hemodonación nerviosa y con la voz entrecortada. La joven tiene pánico a las agujas, pero es muy consciente de la importancia de una donación para salvar una vida. El tema le toca muy de cerca, ya que su niña pequeña sufre leucemia, una enfermedad de la sangre en la que la médula ósea produce glóbulos blancos que se dividen reproduciéndose y generando una proliferación de células que van desplazando a las células normales.

Angélica piensa hacerse donante de sangre habitual y está buscando la manera de convertirse también en donante de médula. La donación de médula ósea consiste en sustituir las células de la médula de los enfermos por otras procedentes de un donante sano para tratar enfermedades de la sangre, como por ejemplo las leucemias. El procedimiento es similar al de una donación de sangre, se punciona a través de la piel el hueso de la cadera, extrayendo las células de dentro del hueso, hasta obtener las suficientes para el trasplante.

Dos pinchazos y apenas cinco minutos. La donación de sangre es un gesto tan altruista y generoso, como necesario. Por eso, cuando llega el verano, desde la Hermandad de Donantes de Sangre lanzan una campaña especial con un objetivo muy claro: mantener el número de donaciones como el resto del año. No se sabe cuándo éste oro rojo va a ser solicitado y, pese a que los donantes más habituales se encuentren fuera de su residencia habitual, tristemente las enfermedades no se van de vacaciones.

La sangre tiene fecha de caducidad por lo que tampoco está bien que se acumule toda en unos meses. Siempre hace falta.

Para el médico Fabián García "la principal condición es querer hacerlo y no dejarse la sangre en casa", bromea Fabián García, médico, cuenta que durante el periodo estival la demanda sigue existiendo. “Hay muchos accidentes de tráfico, fiestas con toros… son los meses con mayor movilidad”, explica Fabián. Pese a esto, remarca que la necesidad es “constante durante todo el año”, ya que la sangre “tiene fecha de caducidad” por lo que tampoco pueden acumularse todas las donaciones en unos meses. “La sangre siempre hace falta”, concluye.

El presidente de la Federación Española de Donantes de Sangre, Martín Manceñido, asegura que sin estas transfusiones la gente moriría, ya que la sangre es un bien que “no puede fabricarse de forma artificial”.

En León se realizan 50 donaciones al día, 450 en Castilla y León y alrededor de 5.000 donaciones diarias en toda España. “Los donantes habituales no necesitan que se les convenza, saben que es importante y los que no lo son tienen que pensar que un solo pinchazo puede salvar una vida”, relata Martín. A su vez, asegura que 80 personas en España se morirían al día si no recibieran sangre.

Las condiciones para ser donante de sangre son muy sencillas: tener más de 18 años y menos de 65, pesar más de 50 kilos y gozar de buena salud, lo que significa carecer de enfermedades crónicas. A su vez, aquellas personas que se hayan hecho piercings o tatuajes recientemente deben esperar cuatro meses antes de donar para que su sangre se encuentre en las condiciones idóneas. Aunque para el médico Fabián García “la principal condición es querer hacerlo y no dejarse la sangre en casa”, bromea.

No hay un perfil definido de donante, ya que se trata de un grupo de personas muy heterogéneo, pero desde la Hermandad de Donantes de Sangre de León detallan que los que más abundan son los donantes de entre 30 y 50 años. Por sexos son los hombres los que más acuden al centro, aunque esto se debe a que son ellos los que pueden donar más veces al año, un máximo de cuatro veces, mientras que las mujeres solo tres.

Cada vez son más los jóvenes que, animados por sus amigos, familia o campañas difundidas a través de las redes sociales, acuden a donar. “Nos interesa el donante regular. Animamos al donante joven a acudir ya que son la cantera”, cuenta Fabián. A su vez, el médico asegura que las campañas de información “nunca sobran” y que necesitan muchas campañas de publicidad simplemente “para dar dos pinchazos”, insiste.

En León 1.400 personas se hacen donantes cada año y visitan una de las sedes fijas de la ciudad, ubicadas en el centro de salud José Aguado y en la calle Ramiro Valbuena.

"Intentamos que los donantes habituales acudan siempre, por lo que nos acercamos a puestos de trabajo, universidades y pueblos para que puedan continuar haciéndolo en verano", explica el médico Fabián.

La Federación Española de Donantes de Sangre asegura que todos los grupos sanguíneos son igual de importantes, aunque los más numerosos son el A+ y el 0+, siendo los de un 70% de la población. A su vez, existe un donante universal, que es el 0-, y puede donar a todos los grupos sanguíneos, aunque solo puede recibir sangre de su mismo grupo.

Desde comienzos de junio continúa en vigencia la Campaña ‘Olimpiada Roja’, que pretende animar a la gente a acudir a donar también en los meses de verano. Recuerdan que en el mes de agosto se necesitarán en España 150.000 donaciones.

Una sola donación puede salvar la vida hasta de tres personas. Una acción altruista que "no cuesta nada y hace mucho" y una sustancia, el oro rojo, que es imprescindible disponer en cantidades adecuadas para hacer frente a cualquier emergencia. ¿Y si tu sangre es necesaria para salvar vidas ahí fuera?
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