El ‘mu’ del rural

08/10/2019
 Actualizado a 08/10/2019
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Gota a gota, cada vez con menorcadencia, se desangra el rural berciano. Cada cumpleaños en un pueblo tiene algo de trágico porque descuenta el tiempo de los «vellos» que se saben los últimos de una saga que supo ver lo que hoy cuesta. Recuerdan cuando quedarse era una derrota, y solo los vencedores se iban para volver con deje madrileño. Pero nunca nadie eligió. Ni los de la maleta ni los que les miraban salivando imaginación. Hicieron lo que querían que se hiciera, como ahora vivimos como quieren que vivamos, manteniendo las distancias. Y ahora quedarse no es rentable para los que mandan. Pese a que en su catálogo de ventas llevan un decálogo de cómo hacer del mundo rural un atractivo vital es, simplemente, encaje matemático que permite una foto con las vacas de Balboa, susurrándoles al oído que tendrán wifi y 5G. Ellas contestan con un mu que el político entiende que queda la mar de bien en la tele, y que sella el silencio satisfecho del animal. Y el ganadero no siempre se resiste al mu. Aunque sabe que para que sus hijos lleguen al colegio a diario tienen que recorrer 20 kilómetros y cuatro pueblos, todos ellos sin escuela. No dan los números. Lástima, abunda, si por él hubiera sido habría tenido más vástagos, pero no quiso la mujer, que para vivir en el pueblo, llega con dos. El mayor ya pidió moto y no quiere someterse al ordeño cada día. Para lo que da, dice, mejor ser camarero en la capital. Además, allí los catarros se curan antes, debe ser porque cada día tienen consulta, será que pagan más (justifican en su mu). Al pueblo Don Elías baja cuando puede el hombre y mientras, miel con limón. Qué pena no ser rico, dice padre, entendiendo que el pueblo aprisiona a los pobres. En un tiempo, el hoy,en el que parece que la conciencia se hace rural, el discuro político se compra el sustantivado y tira de él con una soberana paradoja: dejar que se ahogue al tiempo que vende su rescate.
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