El Instituto de Formación y Empleo inicia un proyecto pionero de huertos caseros

Pretende encadenarlo con el Banco de Tierras para crear miniempresas agroalimentarias, aunque prepara también un nuevo proyecto turístico vinculado al Camino de Santiago

Mar Iglesias
08/01/2017
 Actualizado a 16/09/2019
En localidades como Palencia se afianzan los huertos urbanos que el IMFE pretende empujar con formación. | ICAL
En localidades como Palencia se afianzan los huertos urbanos que el IMFE pretende empujar con formación. | ICAL
El Instituto de Formación y Empleo de Ponferrada, IMFE inicia un proyecto pionero que pretende encadenar con otros si es exitoso y que se pone en marcha a finales de enero, dirigido, especialmente, a las pedanías. Se trata de un curso sobre huertos caseros, cultivos y plagas, con el fin de aprovechar «lo que tenemos en la comarca y darle valor», explica la presidenta del IMFE, Rosa Luna.

El curso tendrá lugar del 23 al 26 de enero durante 15 horas y costará 10 euros, pero Luna espera que se repita a lo largo del año, además, la intención es darle una segunda vertiente uniéndolo al proyecto de Banco de Tierras del Consejo Comarcal «me lo ha propuesto el concejal de Medio Rural y creo que puede funcionar». Así, lo que comienza siendo una manera de manejar un huerto de autoconsumo se puede convertir en el inicio de una pequeña pyme «porque podemos esperar grandes empresas, y la necesitamos, pero también necesitamos impulsar lo nuestro», explica Luna, que espera que después de estos cursos iniciales se puedan hacer sectoriales o incluso tocar la ganadería «aunque es más complicado, porque entran temas veterinarios», apunta, aunque le gustaría volver a ver ganado activo en el municipio.  

Tras este curso, que se enfocará a cultivos ecológicos fundamentalmente también se podrán enlazar nuevos proyectos relacionados con el desarrollo del mercado ecológico que se pretende desarrollar en Ponferrada, al lado de la Plaza Gourmet.

Luna critica que este proyecto lleve dos años en cartera y el equipo de gobierno no haya conseguido sacarlo adelante, puesto que eso «frena a los que quieran abrir un negocio».

El minifundio y la falta de riesgo son los dos factores que desbaratan los planes de los emprendedores en este campo, aunque Luna tiene la esperanza en el despertar de jóvenes como un estudiante que, después de haber salido fuera a trabajar regresó para dedicarse a la miel «es un ejemplo a seguir», aplaude.

Agroalimentación y turismo son las dos venas de encaje laboral que quiere abrir el IMFE en este 2017, porque, apunta Luna «son dos cosas muy importantes en la comarca», aunque, por el contrario dice que «hay que tener en cuenta que son trabajos de 24 horas al día y hay que cambiar la mentalidad» para acogerse a ellos.

Ese cambio comienza, espera Luna, en que los empresarios «se den cuenta de la importancia que es tener a personal formado». Lo dice porque reprocha que los hosteleros no hayan respondido como esperaba a su iniciativa de pedirles qué necesidades formativas tenían para responder a ellas «de más de cien cartas que se enviaron solicitándolo sólo respondieron dos. Luego no podrán decir que no hacemos nada, porque lo hemos intentado», reprocha.

Tampoco beneficia, dice Luna cierta «falta de humildad» en algunos posibles trabajadores que no aceptan las ofertas de empleo que llegan al IMFE «tal vez deberían examinar abrir otras vías», plantea.

Esa es la pretensión del proyecto de lanzaderas de empleo que se inicia con un curso de la Fundación Santa María la Real para 30 personas durante siete meses.

La pretensión es unir a profesionales de distintos sectores para que intercambien sus experiencias y formaciones y sacar nuevos proyectos. Luna tiene muchas esperanzas en ese curso, como una apertura para reflexionar sobre las posibilidades que dan distintos sectores.

En cuanto al turismo, Luna mastica ahora un gran proyecto en el que lleva trabajando casi un año y que implica al Ministerio de Economía y de Turismo. Pese a que no quiere concretar detalles, sí apunta que tiene que ver con el desarrollo del Camino de Santiago «no va a generar mucho empleo directo, pero sí indirecto», apunta, aunque lamenta que las administraciones caminen lentas en el desarrollo de estas ideas que podrían beneficiar el futuro berciano.
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