El Hospital Veterinario de la Universidad atiende un 21% más de casos en un año

La actividad del centro se está autofinanciando actualmente en un porcentaje importante y sus ingresos han crecido alrededor de un 30 por ciento durante el curso 2017/2018

Rosa Álvarez
28/10/2018
 Actualizado a 19/09/2019
El Hospital es una «referencia muy potente» en diagnóstico por imagen, según su director. | MAURICIO PEÑA
El Hospital es una «referencia muy potente» en diagnóstico por imagen, según su director. | MAURICIO PEÑA
Quienes están al día de su funcionamiento dicen de él que se ha convertido en un «centro de referencia», y las cifras lo avalan. La actividad del Hospital Veterinario de la Universidad de León (ULE) se ha incrementado en el último curso. El número de casos clínicos atendidos fue de 4.184, lo que implica un aumento del 21,44 por ciento respecto al curso previo, un comportamiento que su director, José Antonio Rodríguez-Altónaga, atribuye a su «buen hacer diario», a que se han incorporado veterinarios especialistas de prestigio nacional al Hospital que colaboran con el profesorado en las distintas áreas y también «al boca a boca», a las recomendaciones por parte de los propietarios que solucionan sus problemas en él. Las cosas marchan bien para un centro que también llevó a cabo 705 intervenciones quirúrgicas en ese periodo y que ha sumado historias clínicas –tiene alrededor de 8.000 y en este curso ha abierto 2.056 nuevas, según Rodríguez-Altónaga– . De los casos clínicos, el 72 por ciento corresponde a perros, el 10 por ciento a gatos, el 15 por ciento a caballos y el tres por ciento restante a la categoría de ‘otras especies’, en la que cabe casi de todo. «Te sorprenderías», responde Rodríguez-Altónaga.

Fruto de un convenio con Medio Ambiente llegan al Hospital Veterinario de la ULE muchos animales, sobre todo aves recuperadas por el Seprona, pero también corzos o venados. De propietarios particulares tampoco faltan los exóticos, o rarezas como las ratas, así como otros de compañía que hasta hace poco eran atípicos y que cada vez están más de moda, como los hurones o las iguanas. Todos ellos son atendidos en unas instalaciones que están íntimamente unidas a la Facultad de Veterinaria y que permanecen abiertas 24 horas al día los 365 días del año, con personal cualificado suficiente trabajando en ellas «para que la ratio profesor-alumno cumpla con los estándares de calidad que exige Europa, que aproximadamente son de un profesor o veterinario clínico por cada cinco o seis alumnos en prácticas», añade el director.

En el Hospital hay diez veterinarios residentes con una beca de formación de dos años similar al MIR en medicina humana
Abarcan un campo amplio, pero son dos las vías más habituales por las que les llegan los clientes: las sociedades protectoras de animales y los propietarios particulares, que en muchos casos vienen derivados por otras clínicas. Con las protectoras colaboran principalmente en campañas de vacunación, desparasitación o de esterilización. Dentro de estas últimas, Rodríguez-Altónaga señala que se están castrando alrededor de 300 animales al año, unas intervenciones en las que los alumnos del último curso, del rotatorio clínico, ayudan a los profesores y ven cómo se hace. Respecto a los casos que llegan procedentes de centros privados, éstos suponen el 40-45 por ciento y se refieren sobre todo a cirugías.

Llegan de estas clínicas «fundamentalmente porque el Hospital es una referencia muy potente en toda la parte de diagnóstico por imagen», comenta el director. Disponen, entre otras, de una resonancia magnética de alto campo de tres teslas que es la única que hay para uso veterinario en España. Además, asegura que se instalará en breve –porque ya se ha aprobado en los presupuestos con unas ayudas de fondos Feder– un Tac (Tomografía Axial Computarizada) de altas prestaciones «que va a ser el mejor» del país para uso veterinario, y cuentan con una «una unidad de ecografía avanzada», lo que hace que muchas veces tengan que recurrir al Hospital para pruebas auxiliares complementarias. También son una buena apuesta en el caso, dice, de cirugía especializada, traumatología, cirugía ortopédica y neurocirugía, áreas en las que se requiere «personal cualificado y especializado y equipamiento normalmente caro que no es accesible a todas las clínicas». Tiene un tirón importante el servicio de urgencias y hospitalización, que ofrece un apoyo a las clínicas que durante los fines de semana o las noches no tienen personal. «Tratamos de que exista una buena colaboración con las ellas», sostiene.

Las instalaciones permanecen abiertas 24 horas al día los 365 días del año, siempre con personal cualificado
Son importantes los casos, las intervenciones, la atención que se presta a los animales, pero Rodríguez-Altónaga advierte que no hay que olvidar que el objetivo del Hospital es dar formación a los alumnos de la Facultad de Veterinaria de León. Un centro creado en 1.852 que está «entre los mejores de España, que siempre ha gozado de prestigio y fama» y «sigue teniendo una altísima demanda», incide. En primero, el número clausus es de cien estudiantes, aunque «la demanda supera los mil todos los años». Todos pasan por el centro desde el inicio de sus estudios. En el inicio del curso visitan las instalaciones; en segundo, en Fisiología, hacen una serie de prácticas –no con los animales, pero sí con sistemas de electrocardiogramas–; y ya en tercero, en Patología Quirúrgica, empiezan a tener contacto con casos clínicos bajo supervisión. Esta familiarización aumenta hasta el último curso del grado, cuando en Rotatorio Clínico tienen un contacto continuo con el Hospital durante unas tres semanas en las que pasan por los distintos servicios (hospitalización, urgencias, hacen noche en el hospital, etc). Trabajan con veterinarios residentes –hay diez con una beca en formación durante dos años similar al MIR en medicina humana– a los que trata de facilitar el mejor aprendizaje práctico posible.

También se ofrece formación de posgrado con un título propio de ‘Experto en clínica veterinaria hospitalaria’, un ‘Máster en Clínica veterinaria de pequeños animales’, y otro ‘Máster en clínica veterinaria de equinos’.

Necesidades


La buena marcha del Hospital Veterinario de la ULE no significa que no exista margen de mejora, que no tenga necesidades. Según su director «precisa periódicamente renovar algún equipamiento, y siempre hay cosas que arreglar, mantenimiento...» una atención diaria. En lo que se va a trabajar de forma inmediata es en la renovación de las lámparas de quirófano, que se sustituirán por otras que disponen de un sistema de cámaras digitales cuya imagen se transmite a unas pantallas que facilitan que los estudiantes vean mejor las intervenciones quirúrgicas y también se renovó recientemente el sistema de esterilización del instrumental. En general, afirma, desde el Rectorado y desde la Facultad de Veterinaria, el Hospital «está bastante apoyado en estos momentos. Se ha tenido en cuenta que los estudios de Veterinaria para la Universidad de León son importantes, fueron los primeros, son referencia y hay que cuidarlos». Son también, sin embargo, los que tienen un coste mayor, necesidad de mayor presupuesto para seguir funcionando.

El Hospital tiene también unos ingresos propios y «se está autofinanciando en un porcentaje importante, por encima de la media. El último año, además, los ingresos han crecido alrededor de un 30 por ciento». Unas cifras que para Rodríguez-Altónaga, que lleva dos años y medio como director del centro, son «muy positivas». Otro impulso importante que no olvidó citar llegó tras haber obtenido la evaluación positiva de la Asociación Europea de Facultades de Veterinaria hace dos años y medio porque, aunque no fuera un requisito legal, «sitúa a los estudios de la Facultad al máximo nivel entre las facultades de Europa». «Fue un empujón», destaca convencido de que el trabajo que se está llevando a cabo contribuirá a seguir cosechando éxitos.
Lo más leído