El Gastrobar Clandestino es un fénix: reabre en 15 días

Se cumple medio año del incendio que arrasó el gastrobar, que vuelve esta Navidad con dos plantas y triplicando su espacio

Víctor S. Vélez
28/11/2021
 Actualizado a 28/11/2021
Las obras avanzan en el local, que estará listo en dos semanas. | MAURICIO PEÑA
Las obras avanzan en el local, que estará listo en dos semanas. | MAURICIO PEÑA
Suena a tópico y probablemente lo sea, pero el Clandestino de León es un ave fénix que ha renacido de sus cenizas. Este sábado se cumplió medio año del incendio que arrasó uno de los gastrobares más populares del centro de la ciudad, el cual ya prepara para su reapertura para el 15 de diciembre.

Después del "trauma" de las llamas ha llegado una nueva "oportunidad", puesto que el Clandestino reabrirá con dos plantas, absorbiendo al restaurante japonés Koi y a unas oficinas, y triplicando el espacio con el que contaba antes de ser devorado por las llamas. Un jardín interior, una terraza con calefacción y una sala de exposiciones a la que llegarán las obras de artistas leoneses, serán algunos de los alicientes de este renacido gastrobar de la calle Cervantes.

Lita Santín y Belén Santín, hermanas, son las dueñas de Clandestino junto a otros tres socios: Toni Blanco, Edgar García y Samuel Pastor. Ellas aseguran que, aunque cualquiera que se de un paseo por delante no tenga esa impresión, el gastrobar reabrirá sus puertas en dos semanas con seis cocineros y 15 camareros. "El tronco de la plantilla sigue con nosotros. Algunos se buscaron la vida y ahora vuelven, pero tenemos que ampliar porque el espacio antes era la tercera parte que ahora", indica Lita.

Pero la distribución del espacio y las caras nuevas no serán las únicas novedades de este Clandestino 2.0. La carta tendrá platos nuevos, aunque "manteniendo la base de comida clandestina". "Tendremos también una amplia carta de cervezas nacionales y de importación, una selección de cócteles, tanto clásicos como divertidos, y variedad para la copita de primera hora. Queremos seguir con lo que se está haciendo en todas las grandes ciudades de Europa: poder, en un mismo recinto, venir a comer, a tomar un cóctel, a ver una exposición...", añade Belén.

El "grafiti del pensador", del que viene el nombre del local, sobrevivió al incendio y también se conservará gran parte de la decoración que escapó a las llamas. No obstante, el hecho de que los techos y paredes de la planta superior fuesen calcinados permite que los dueños del Clandestino estén reinventándolo a su gusto, "ganando terreno para el aire libre" que se demanda en tiempos de pandemia. "Todo lo que se va a ver materializado, que va a encantar, es gracias a los operarios y a las cabecitas pensantes de Lita y Toni", comenta Belén.

La verdad sobre las llamas


Precisamente Belén no puede evitar que se le escapen las lágrimas al recordar la mañana del 27 de mayo. Estas hermanas desmienten "lo que publicaron algunos medios de comunicación" de que el incendio se produjo por un horno y que ese día se valoró derribar el edificio. "Los cocineros lo pasaron mal porque la gente decía que qué harían para que pasase. Pues nada, porque fue a las ocho de la mañana. No fue culpa de nadie", señalan.

El fuego se originó en la planta superior por una polea, cuando los motores estaban llenando los tanques de cerveza. "Por suerte" dos de las empleadas de limpieza acababan de salir del local y no hubo que lamentar daños personales. "La pandemia fue la gran desgracia que nos tocó a todos y el incendio fue la gran desgracia que nos tocó al Clandestino", valora Lita.

Y es que después de tantas restricciones a la hostelería "no quedaba de otra que abrir antes de acabar el año", más en un local sin posibilidades de ampliar su terraza. Ahora, Lita, Belén y el resto del equipo comienzan a recibir llamadas para reservar cenas de amigos o compañeros de trabajo que quieren celebrar las navidades en el Clandestino. De este modo, tienen sentimientos encontrados entre "el drama" de lo vivido y "la alegría" de reabrir y de la respuesta de la ciudadanía leonesa.

Tras su apertura en 2014, esta 'segunda' primera vez para el Clandestino será incluso más especial. Un gastrobar en el que los leoneses han pasado y seguirán pasando buenos ratos que vuelve, a León vuelve, por Navidad.
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