El final del verano: American Graffiti

Por Ángel Suárez Corrons

Ángel Suárez Corrons
09/09/2021
 Actualizado a 09/09/2021
american-graffitti-1.jpg
american-graffitti-1.jpg
Hay ocasiones en las que el final del verano no representa la vuelta a la rutina, sino todo lo contrario, el inicio de algo nuevo, un punto de inflexión. Seguro que la adolescencia no es la etapa en que más claras tenemos las cosas, ni tampoco la mejor presencia de ánimo, y sin embargo es precisamente entonces cuando debemos tomar algunas de las decisiones más trascendentales para nuestro futuro personal y profesional. Septiembre es el momento de afrontarlas.

Este es el tema sobre el que gira American Grafitti, el segundo largometraje de George Lucas y el último que rodó antes de dar comienzo a la Saga de las Galaxias.

Lucas tenía 28 años, había estudiado en la Escuela de Artes Cinematográficas de la Universidad del Sur de California y había rodado un solo largometraje bajo la producción de Francis Ford Coppola, la distopía futurista THX 1138, que resultó un fracaso financiero, aunque recibiera buenas críticas y hoy sea una película de culto. Coppola le sugirió entonces a Lucas escribir un guion para el gran público, y este decidió escribirlo rebuscando en su pasado. Viajó a los años 60, y recordó el rock ‘n’ roll, las carreras de coches, las primeras chicas, las leyendas urbanas, las pandillas, un locutor de radio que le apasionaba llamado Wolfman Jack, y sobre todo, el plan de moda en aquellos tiempos, cuando los jóvenes pasaban las noches conduciendo sin rumbo por la ciudad, con la radio puesta, solos o en pandilla, relacionándose y disfrutando de la libertad que suponía disponer de coche y de una licencia de conducción.

La película se desarrolla en una sola noche, la última del verano, que resultará trascendental para el futuro de los cinco chicos protagonistas. El personaje principal, Curt (Richard Dreyfuss), tiene una beca para partir a la Universidad al día siguiente, pero no está seguro de si quiere o debe ir. Sus dudas se encarnan en una preciosa y misteriosa rubia que conduce un Thunderbird blanco y que se ve impulsado a perseguir durante toda la noche. Steve (Ron Howard) sí tiene claro que irá a la Universidad, pero ello pone en grave riesgo su noviazgo con Laurie (Cindy Williams),la hermana de Curt. Por su parte, Terry, la Rana, (Charles Martin Smith) intenta sacar a flote su primera relación con una chica, y John (Paul Le Mat), que tiene un taller de coches y asume que nunca saldrá de la ciudad, tendrá que afrontar el doble reto de cuidar de una quinceañera y de vérselas en una carrera con un joven Harrison Ford que le disputa el liderazgo automovilístico local. Mientras se desarrolla el argumento nos acompañará el omnipresente locutor Wolfman Jack, el Hombre Lobo, que se interpreta a sí mismo, y que jugará un papel fundamental en el proceso de maduración de Curt.

No se engañen, por más que resulte divertida, American Graffiti no es una comedia adolescente tipo Porky´s (1981). De hecho, Lucas despidió a su primer guionista, Richard Walter, por haberla entendido así en uno de los primeros borradores. "Era abiertamente sexual y muy fantasioso, con cosas que los adolescentes realmente no hicieron", explicó Lucas. "Quería algo que se pareciera más a mi forma de crecer".

George Lucas situó la acción en la localidad en la que él mismo nació, Modesto, en California, y se retrató deliberadamente en al menos tres personajes: Curt, que sería el Lucas de su época Universidad del Sur de California; Terry, torpe, inmaduro y con serias dificultades con las chicas, que sería el de los primeros años de secundaria; y John, que representa al Lucas que probablemente hubiera sido si se hubiera quedado en Modesto.

La narración no se sitúa en 1962 por casualidad. Por entonces, el futuro director de La Guerra de las Galaxias sólo estaba interesado en los coches y en las carreras. Él diría que era una obsesión, y tenía claro lo que quería ser: piloto de carreras. Precisamente en 1962, a la edad de 18 años, tiene un gravísimo accidente que estuvo cerca de ser mortal y que cambia por completo su visión de la vida. A raíz del accidente, empezará a interesarse por el cine y terminará decidiendo matricularse en la Universidad. Todo este proceso, fragmentado en diferentes personajes, está en la película, como estará más tarde en La Guerra de las Galaxias (1977). En efecto, hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana, Luke Skywalker también lleva una vida ordinaria en un pequeño y desértico pueblo. Tampoco tendrá claro si su futuro está allí con sus tíos o si debe irse con Obi-Wan Kenobi a Alderaan, para acompañarle en su misión y ser instruido en la fuerza. Será un acontecimiento traumático, como el asesinato de sus tíos, lo que le decidirá a marcharse. Luke es, como vemos, el propio Lucas.

La música es un elemento fundamental en American Graffiti. Lucas no quería una banda sonora, sino sencillamente yuxtaponer durante toda la película los temas que sonaban en los primeros 60, sólo en Easy Rider (1969) se había hecho algo parecido, y ponía a la productora en el complicado trance de comprar los derechos de 75 canciones de los grupos y solistas más importantes de los primeros sixties.

Ni el guion ni la producción fueron entendidos por las distribuidoras. Metro-Goldwyn-Mayer, Paramount, 20th Century Fox y Columbia la rechazaron. Universal Pictures la aceptó como película de bajo presupuesto, pero tras el preestreno quiso volver a editarla y destinarla solamente a la televisión. Sólo el apoyo decidido de Coppola, encumbrado tras los recientes óscar de El Padrino (1972), salvó el montaje de Lucas, y los productores optaron finalmente por estrenarla en los cines.

American Grafitti fue un éxito absoluto e inesperado tanto para la crítica como para la taquilla. Generó un total de 118 millones de dólares y había costado apenas 800.000, convirtiéndose en una de las películas más rentables de la historia. Fue nominada para cinco Oscar, entre ellos el de mejor película, mejor dirección, mejor guion original y mejor montaje. Lucas estaba en rampa de salida para afrontar La Guerra de Galaxias.

Espero que los películas estivales que hemos repasado, y que este verano en general, nos haya dejado también en rampa de salida para afrontar un magnífico retorno al trabajo. En todo caso, revisitar American Graffiti será un remedio estupendo contra la depresión postvacacional.


Otros artículos de Películas tórridas:

  • A pleno sol: Veranear sobre un volcán
  • Verano con el rey: El ídolo de Acapulco
  • Bochorno en el sur: En el calor de la noche
  • Celtiberia Summer: El turismo es un gran invento
  • Veranos que educan: Matar a un ruiseñor
  • Archivado en
    Lo más leído