"El disco tiene más que ver con un estado mental"

Pulp Phobia es el dúo musical formado por la leonesa Patricia Núñez y el neozelandés Kenyon Shankie, que acaban de autoeditar el álbum ‘Bierzo’, compuesto mayormente en Turienzo Castañero, grabado en Grecia y cuya mezcla y masterización se realizó en la casa que la pareja tiene en Londres

Joaquín Revuelta
02/06/2020
 Actualizado a 02/06/2020
El dúo musical debuta en el mercado discográfico con el álbum autoeditado ‘Bierzo’. | LUCY MARIE
El dúo musical debuta en el mercado discográfico con el álbum autoeditado ‘Bierzo’. | LUCY MARIE
La guitarrista y cantante leonesa Patricia Núñez y el teclista y compositor neozelandés Kenyon Shankie son los componentes del dúo Pulp Phobia que acaban de autoeditar su primer álbum que lleva por título ‘Bierzo’ y que la pareja define como «una mezcla de sonidos melancólicos y suaves, con texturas ambientales y una base rítmica que lidera en todo momento». El álbum, que consta de siete cortes, fue grabado durante el otoño pasado en Grecia y masterizado más tarde en Londres por el propio dúo, cuyas canciones, aseguran, son fruto de la inspiración de los lugares por los que viajaron el verano pasado: Escocia, Portugal, León y el Bierzo, que finalmente ha dado título al disco, pues ha sido en esta comarca leonesa donde durante un mes de confinamiento voluntario la pareja ideó la mayor parte de los temas que lo conforman».

Patricia Núñez es la parte leonesa de este dúo musical que tiene su residencia en Londres, donde la joven estudia en la actualidad diseño gráfico, aunque su relación con la música viene de más lejos, cuando con siete años se matriculó en el Conservatorio de León para estudiar guitarra clásica. «Los diez años que pasé en el Conservatorio de León me sirvieron para apreciar la música y conocer a gente», revela la joven leonesa de ascendencia berciana, que reconoce que la elección de la guitarra clásica fue por consejo de su madre, «que me dijo que era muy bonita, barata y se podía tocar en todas partes», renunciando así a la flauta travesera y la percusión que entraban más en sus gustos personales. «Terminada la carrera me fui a Londres para estudiar diseño gráfico y durante un tiempo dejé a un lado la música», confiesa la componente femenina de Pulp Phobia, pero no seria por mucho tiempo porque el verano antes de su partida a Londres tuvo ocasión de conocer en el marco del Bilbao BBK Live a la persona que la reconduciría a la senda musical, el compositor y teclista neozelandés Kenyon Shankie. «En Londres empezamos a quedar y a hacer música juntos y gracias a él me volqué en el mundo de la música de una forma distinta a lo que había sido mi relación anterior en el conservatorio». Tocar en las calles de Londres, lo que se conoce como ‘basking’, se convirtió en una práctica habitual de la pareja para dar rienda suelta a su pasión musical y de paso ganar algún dinero. De manera muy natural surgió la idea de formar un grupo con el propósito no solo de actuar en las calles de Londres sino de grabar un disco.

Hokitika fue el primer nombre que tuvo la formación y que hace referencia la localidad neozelandesa de la que es oriundo Kenyon Shankie. Patricia Núñez confiesa que todo lo que sabe de composición musical se lo ha enseñado su compañero. «Para mí ha sido una experiencia única en la que no he necesitado de un largo periodo de aprendizaje sino que Kenyon me lo ha enseñado todo en el momento», declara la leonesa, cuyo viaje a Escocia el pasado verano supuso el punto de partida de lo que meses más tarde iba a ser el primer álbum de la formación. «Fuimos a ver a la familia de Kenyon y en una granja en medio del campo nos pusimos a componer y allí surgió la canción que abre el disco, ‘Jungle’, que fue nuestra primera composición conjunta y en la que más tiempo hemos trabajado», reconoce Núñez.Tocar en un festival en Portugal fue también otra experiencia muy gratificante porque suponía en cierto modo el debut oficial del grupo más allá de las actuaciones callejeras en Londres o de los conciertos para una audiencia de amigos en la misma ciudad. «Tocamos por primera vez con público y en compañía de otros músicos», recuerda la guitarrista y cantante leonesa, que quiere precisar que en las actuaciones en la capital británica a menudo recurrían a un repertorio de temas más del agrado de la gente, siendo uno de los más demandados el ‘Hallelujah’ del cantautor canadiense Leonard Cohen. Patricia Núñez reconoce que Kenyon Shankie también tuvo que cambiar su manera de componer, pues su música anterior era más experimental, con temas que llegaban a durar treinta minutos, y lo que se imponía en este caso era una música más comercial y capaz de llegar más fácilmente al público. La estancia durante el pasado mes de agosto en la casa que los padres de Patricia Núñez tienen en Turienzo Castañero, en la comarca del Bierzo, fue determinante para que el primer álbum del grupo pudiera vez la luz durante los meses siguientes. «Allí escribimos como un centenar de ideas musicales en un proceso creativo increíble», señala la leonesa, ideas que posteriormente fueron materializándose, ya de regreso en Londres, en doce canciones de las que finalmente siete fueron las que se llevaron a Grecia para su grabación en Sierra Studios bajo la supervisión del ingeniero de sonido George Kariotis y donde la pareja pudo contar con el concurso del percusionista griego Vangelis Karipis. «Durante una semana grabamos las voces, el piano y una piezas de guitarra que yo toqué pero que finalmente no se incluyeron en el disco», señala Núñez, que también quiere hacer mención a la exitosa campaña de crowdfunding con la que se logró recaudar 3.652 libras que hicieron posible la grabación del álbum ‘Bierzo’, cuya mezcla final, masterización y el diseño de la portada se llevaría a cabo en Londres por los propios autores.Patricia Núñez recuerda que de regreso a Londres tras su estancia en El Bierzo, materializar todo aquel aluvión de ideas en los siete temas que finalmente componen el álbum fue una tarea complicada, donde hubo que desechar algunas ideas que a la leonesa le parecían interesantes pero que no eran capaces de concretarlas. «Se llegaron a componer doce canciones, pero el disco recoge tan solo siete, que no parecieron las mejores», reconoce Núñez, que presta su voz en unos temas en los que también tiene un gran protagonismo la parte instrumental. «No son muchos temas, porque preferimos poner aquellos de los que estábamos realmente satisfechos», sostiene la leonesa, que se muestra un tanto reticente a comentar el origen del definitivo nombre del grupo. «Me da un poco de vergüenza comentarlo. En realidad viene por mi fobia a la pulpa de los zumos de naranja, algo que a Kenyon le parecía lo más para el nombre de un grupo musical. Y decidimos cambiar Hokitika por Pulp Phobia, a pesar de que en Londres ya nos conocían por el primero de ellos y ahora, la verdad, están algo confusos».

La labor de mezcla y masterización en su casa londinense, que se llevó a cabo en los meses de noviembre y diciembre, tampoco resultó sencilla. «Pulir todos los detalles también es un proceso muy complicado porque has escuchado muchas veces las canciones y tomar las últimas decisiones no es fácil», reconoce Núñez, que se encargó personalmente del diseño de la portada de un álbum que en su formato físico cuenta con una edición limitada de cien copias. «Las hemos hecho todas a mano, cortando el papel, imprimiendo hoja a hoja, porque hicimos una campaña de crowdfunding para la grabación en Grecia y casi tuvimos un centenar de patrocinadores».

La crisis sanitaria por el Covid-19 ha pillado a Patricia Nuñez en León y a Kenyon Shankie en Londres, lo que ha dificultado en cierto modo la promoción del álbum que rinde homenaje a la comarca de sus ancestros. «Yo regresé a España el 15 de marzo, justo con la declaración del estado de alarma. El hecho de que Kenyon esté en Londres y yo aquí ha hecho casi inviable la promoción del disco. Dada la situación actual resulta muy complicado planificar cualquier actuación tanto en Londres como en Madrid, donde también conocemos a gente», comenta la intérprete leonesa, que reconoce que tampoco han podido ensayar los temas del disco debido a la distancia física que existe ahora entre los dos.

A la pregunta de qué se puede encontrar quien se acerque a ‘Bierzo’, Patricia Núñez asegura que se trata de un disco «con una mezcla de sonidos muy suaves, con un cierto aire melancólico, texturas ambientales y mezclado con una percusión intensa que dirige las canciones en todo momento», destaca la leonesa, a quien la escucha del disco «me recuerda a los distintos estados, no siempre positivos, por los que puede pasar mi mente, por lo que puede decirse que el disco tiene un significado muy abierto», declara la componente femenina de Pulp Phobia, que presta su voz a siete temas en los que también tiene una gran presencia la instrumentación. «En un par de canciones la voz sí que tiene una gran presencia, pero en el resto de temas la parte instrumental es la que impera realmente», sostiene Núñez, que de los siete cortes del álbum sus preferencias personales se decantan por ‘Cosmic Chemistry’ y ‘2.39’, que cierra el álbum. «Me atrae sobre todo la parte de los sintetizadores, que es un sonido que me gustaría seguir trabajando en el futuro. También es de lo último que escribimos y creo que se nota que estaba más madurado ese sonido», sostiene Núñez, que lamenta que no hayan funcionado las canciones que habían hecho con guitarra clásica, aunque no descarta que en su segundo disco pueda explorar esa vía que conecta directamente con su formación musical.
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