El desamor del Bierzo

20/09/2022
 Actualizado a 20/09/2022
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No tenemos fuerzas los bercianos para seguir gritando. Nos hemos quedado sin voz. Tal vez los políticos que ahora nos azuzan para que salgamos a poblar asfaltos y así rellenar una fotografía de pancartas que sonroje a los que nos gobiernan y haga dossier de debate para la oposición no sean conscientes de ese cansancio. Nos han seccionado la garganta a bofetadas de incumplimientos. Estamos heridos de muerte. El torniquete para que no sangre la agricultura ha hecho presión en otro miembro y pierde por la sanidad. Y pedir trasfusión urgente, cuando ya no quedan plaquetas, es como meter agua en un pilón abierto por el fondo. Venga a meter y empezamos a fugar por donde ya lo hemos hecho hasta la sequedad, por el tren. Ahí no hay médico que cosa la herida(nunca hay médico). El Bierzo empieza a borrarse de los destinos ferroviarios. No es que León progrese adecuadamente, que se sienta en clase al lado de nosotros, pero es que en la etiqueta va uno solo y eso sigue doliendo a un Bierzo que tira de currículum y recuerda que es comarca, la única de Castilla y León. Y que será ya hora de mirar cómo va la escalera para no confundir León con Castilla ni el Bierzo con León. Que no es por chauvinismo ni por un estímulo diferenciador arraigado en los peores instintos del humano, pero al César, lo que es del César. Y nuestro es el derecho de curarnos cuando estamos enfermos y de viajar cuando lo necesitemos. Pero para ambas cosas, véase el «vuelva usted mañana» de Larra. Y, como ya nos arrancaron la lengua y lo único que la boca nos permite soltar les suena a un gallegocastellano cantarín que no se prestan a querer entender, nos bajan un escalón y marcan ahí otra espera. A la siguiente, escalón para abajo de nuevo. Y así hemos llegado aquí. Esperando un rescate como un milagro mariano. Y en la quietud vienen a decirnos que nos movamos los mismos que no nos auparon, apremiando una salida por arriba que nos pertenece. Ahora nos piden voces los que hemos elegido para que la levanten por nosotros. Qué orfandad más profunda vive la comarca de las oportunidades y del emprendimiento. Qué fácil ha sido piropearla en vacío, en un ligoteo temporal de esos de llevarte a la urna y mañana no me acuerdo. Estos no saben lo que es el desamor...
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