Los
cucos ponen los huevos en nidos de otras
aves para que estas se encarguen de criarlos. Aunque suelen ser más grandes que los huevos originarios, para que los pájaros ocupados no se den cuenta del engaño, los colores suelen ser bastante similares. A las pocas horas de nacer, el pollo de cuco destruye los huevos o los pollos de los padres sustitutos, asegurándose la alimentación al no tener competencia.
La curiosidad de esta parasitación en concreto, es que en esta ocasión el cuco ha puesto sus huevos en un nido de chochín, precisamente uno de los pájaros más pequeños de nuestra avifauna. De ahí la abultada diferencia de tamaño entre el pollo adoptivo y los padres sustitutos, mucho más pequeños que él.Este fenómeno de la parasitación no es fácilmente observable. Gracias a Victorino Díaz Fernández que en el año 2008 me avisó y me enseñó la localización donde se encontraban, pude observar y fotografiar este comportamiento animal tan curioso. Fue Victorino precisamente quien puso el nombre de chochicuco a ese pollo tan peculiar.El nido estaba en una grieta de una vieja palera. El crecimiento desmesurado e inesperado del falso pollo de chochín, provocó que ya no tuviera espacio dentro del agujero pensado para pollos mucho más pequeños. Por ese motivo tuvo que salir y quedarse al lado, en un viejo tocón, donde los padres adoptivos le alimentaban sin cesar. Me llamó mucho la atención el hecho de que ambos progenitores se alternaban constantemente en las cebas, ya que el pollo, insaciable, no dejaba de pedir más y más.En las fotos se puede ver la variedad de insectos que de forma frenética le traían de alimento, así como la diferencia de tamaño entre el pollo y esos padres engañados, que ni se imaginaban que aquello tan grande no era descendencia suya.Quiero agradecer a Victorino aquella y otras muchas vivencias que compartió conmigo, así como todos los conocimientos que me transmitió, muchos de los cuales aun a día de hoy me siguen siendo útiles.
